martes, 5 de mayo de 2015

Paz esté con vosotros

La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde” (Jn 14, 27).
Rencores, agobios, incertidumbres, temores…, son el fruto amargo de perder el sentido de la vida. Insatisfacción, desasosiego, angustia…, es la falsa paz que ofrece el mundo. Sólo estar contentín o agustín, y nada más. ¿Cómo? ¿No te sabes el chiste malo?: Ring, Ring… —Si dígame. —¿Está Agustín? —No estoy contentín. Virgen Santa, desde que trato a tu Hijo me has quitado todo esto y me has regalado su Paz. Tu Hijo me ofrece: paz, alegría, equilibrio, esperanza. Nada pue­de robarme esta felicidad interior. Sólo el pecado, como un ladrón, intentará sustraer de mi vida su presencia amorosa. Pero tengo con­tratado un sistema de seguridad y con alarma: antes de dormir hago cada día el examen de conciencia. ¡Qué bien se duerme! ¡La mejor almohada es una conciencia tranquila!
u ¿Hago el examen de conciencia? Está aquí.
Os he dicho: Me voy y vuelvo a vosotros (Jn 14, 28).
¿Y si algún día meto la pata?, porque como soy medio burro. Pues entonces me acordaré de los consejos del sacerdote: Lo importante es Volver. Volveré una y otra vez a mi Jesús con el sacramento de la paz y de la alegría, con la Confesión.
u ¿Me confieso con frecuencia?

Propósito: llevar a varios amigos a la confesión.