domingo, 31 de mayo de 2015

Santísima Trinidad. Tanto amó Dios al mundo…

Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna (Jn 3, 16).
Hoy celebramos que Dios es una familia: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Hoy repetiré saboreando esta oración a la Santísima Trinidad: Creo en Dios Padre; creo en Dios Hijo; creo en Dios Espíritu Santo; creo en la santísima Trinidad; creo en mi Señor Jesucristo, Dios y Hombre verda­dero. Espero en Dios Padre; espero en Dios Hijo; espero en Dios Espíritu Santo; espero en la santísima Trinidad; espero en mi Señor Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
u Intenta decirle algo a cada una de las Personas de la Santísima Trinidad.
Pues Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él (Jn 3, 17).
La oración de arriba termina de esta manera: Amo a Dios Padre; amo a Dios Hijo; amo a Dios Espíritu Santo; amo a la Santísima Trinidad; amo a mi Señor Jesucristo, Dios y Hombre verdadero; amo a María santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, y amo a mi prójimo como a mí mismo.
u Atrévete a decirle a cada una de las Personas de la Santísima Trinidad que crees en Él, esperas y le amas.

Propósito: Creer, esperar y amar