viernes, 8 de mayo de 2015

Yo os he elegido y vuestro fruto permanecerá

Nadie tiene amor más grande que el de dar uno la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos (…) os he llamado ami­gos, porque todo lo que oí de mi Padre os lo he dado a co­nocer (Jn 15, 14-15).
Jesús, muchas gracias por querer ser amigo mío. Jesús, yo también quiero ser tan buen amigo, como Tú. Después de ti, mi mejor amigo es uno de mi clase, medio gordito con el muy corto, una voz aguda de niña y grandes anteojos. Nunca será el Tarzán de los sueños de una niña, pero ¡es mi amigo! Quien tiene un amigo tiene un tesoro.
u ¿Pongo el corazón en Jesús, mi mejor amigo, mi tesoro?
No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca (Jn 15, 16).
Jesús, la amistad no es consecuencia de mi buen gusto a la hora de elegir. Eres tú, Jesús mío, el que me pones cerca personas para que me enriquezcan con su amistad: Porque donde está tu tesoro estará tu corazón (Mt, 6, 21). Como le decía un torero a otro hablando de su amigo: Fíjese si seremos amigos que no necesitamos hablarnos para entendernos.
u Agradece a Jesús tener amigos tan buenos.

Propósito: cuidar a mis amigos.