martes, 30 de junio de 2015

Demonios nerviosos y alegadores

“En ese momento se pusieron a gritar diciendo: ¿Qué tene­mos que ver contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí antes de tiempo para atormentarnos?” (Mt 8, 29).
Cristo, tú has venido a salvarnos del pecado. Como tienes todo el po­der contra el mal y tu sola presencia hace que el demonio se ponga nerviosos. Señor yo me avergüenzo porque a veces también me inco­modo con tu presencia, sobre todo cuando exiges más de mí. A veces me enojo cuando me topo con un trozo del evangelio más exigente; o cuando mi conciencia me pide que deje de ser perezoso y haga mis tareas…, que apague el televisor o la compu y me vaya a dormir. Perdón Señor, pero Tú sabes que no lo hago por maldad, sino que me cuesta vivir el “aquí y ahora”, no dejar el ser como tu quieres para mañana.
u Piensa cuándo dejas las cosas para luego y cómo evitarlo.
“Los demonios le rogaban diciendo: Si nos expulsas, envíanos a la piara de cerdos” (Mt 8, 31).
Los demonios hablan con Jesús para ponerle condiciones, porque no lo aman –lo odian– y se niegan a hacer su voluntad. Señor ¿alguna vez te pongo condiciones? ¿Te digo: “voy a misa martes y jueves” si no hay partido? ¿O bien, en casa, si no hay cable, entonces lo mismo ayudo a mi hermano? Perdóname, ya no más. Desde ahora quiero hacer el propósito de hacer lo que me pidas, sólo porque me lo pides tú. ¡Poner condiciones a mi Dios, a mi Creador y Redentor!
u Tuyo soy, para ti nací, ¿qué quieres Señor de mí?

Propósito: dar un cheque en blanco a Jesús.

lunes, 29 de junio de 2015

San Pedro y San Pablo

¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?... Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? (Mt 16, 13.15).
¿Quién eres, Jesús, para mí? Ésta es la pregunta clave que tengo que resolver. Tú, Señor, esperas de mi y de cada uno de mis amigos una res­puesta en primera persona, que no sea sólo del diente al labio. Sé que si creo se tiene que notar en mi vida, en cómo me comporto en el colegio y en estos días de vacaciones… en cómo pienso en los demás… en cómo ayudo en casa… en cada una de estas cosas te oigo preguntarme: “¿Quién dices tú que soy yo?”.
u Dile a Jesús con el Adoro Te devote: “confieso que eres mi Dios; haz que yo crea más y más en Ti, que en Ti espere, que Te ame”.
Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella (Mt 16, 18).
Pedro te respondió con firmeza: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo”, y dio su vida por Ti… como tantos otros, como S. Pablo… como Juan Pablo II. Y Pedro, el primer Papa oyó: “sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”… ¡Gracias, Señor, por habernos dejado quien haga tus veces para guiar­nos en la Iglesia! ¡Qué responsabilidad la suya! Yo quiero ayudarlo con mi oración, mis sacrificios y también con mi trabajo.
u Sigue pidiendo por el Papa.

Propósito: Rezar por el Papa Francisco.

domingo, 28 de junio de 2015

Domingo XIII Talita qum

Si pudiera tocar, aunque sólo fuera su manto, quedaré sana. En el mismo instante se secó la fuente de sangre, y sintió en su cuerpo que estaba curada de la enfermedad (Mc 5, 28-29).
Esta mujer, Jesús, se curó sólo por tocarte el borde de tu manto. Tenía verdadera fe en Ti. ¡Auméntame la Fe! Yo no sólo te toco si no que te como en la Eucaristía. Jesús que me preparé siempre muy bien para comulgar. Me prepararé con el alma y el cuerpo limpio. Bien confesado y vistiéndome bien para ir a Misa. Nada de ir en chanclas o bermudas.
u Una buena forma para prepararse bien para comulgar es rezar la Comunión Espiritual. Dila despacito.
Pero él, haciendo salir a todos, toma consigo al padre y a la madre de la niña y a los que le acompañaban, y entra donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dice: Talita qum, que significa: Niña, a ti te digo, levántate (Mc 5, 40-41).
Me encanta este milagro. Jesús, estás en los detalles. Te acercas a la niña y la tomas de la mano para que se levante, para que pueda estar otra vez de pie. Y lo mismo haces conmigo, Jesús, me das la mano en la confesión para que me levante de mis caídas, para que me ponga de pie y vuelva a la actividad normal. Jesús, que nunca deje de ir a la confesión por vergüenza, o peor aún que nunca me calle un pecado por miedo. Yo quiero que me digas muchas veces Talita qum, o mejor TalitO cum porque soy niñO y no niñA.
u ¿A qué amigos puedo llevar a la confesión?

Propósito: Bien limpio para ir a Misa

sábado, 27 de junio de 2015

Don Álvaro

Por sus frutos los conoceréis: ¿acaso se cosechan uvas de los espinos o higos de las zarzas? (Mt 7, 16).
Jesús, he estado leyendo algunas cosas sobre don Álvaro y me ha im­presionado que durante los 19 años que estuvo al frente del Opus Dei rezó, empujó y animó a que se comenzara a trabajar en 20 nuevos paí­ses, entre ellos Honduras y Nicaragua. Pues en esto queda claro que por sus frutos los conoceréis. No se trata de quedarse sólo en buenas inten­ciones si no trabajar de verdad. Jesús, que no me quede en buenas intenciones, quiero dar mucho fruto.
u Cuéntale a Jesús cuáles son los frutos que te gustaría poder ofrecerle.
Así, todo árbol bueno da frutos buenos, y todo árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede dar frutos malos, ni un árbol malo dar frutos buenos (Mt 7, 17-18).
Don Álvaro escribió: “un trabajo bien hecho no es lo mismo que un tra­bajo que sale bien. Las abejas estructuran perfectamente los panales y producen una miel sabrosísima, pero no trabajan porque no son capa­ces de amar. Lo que importa es la actitud interior, no los resultados. (…) Dios se fija en el corazón: ahí se encuentra la clave de una tarea bien o mal terminada”.
u ¿Qué ve Dios en tu corazón?

Propósito: Rezarle a don Álvaro

viernes, 26 de junio de 2015

San Josemaría

Y vio dos barcas que estaban junto a la orilla (…) Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Y sentado enseñaba desde la barca a la multitud (Lc 5, 2-3).
Recuerdo Jesús lo que me contaron, cómo te metiste en la barca –en la vida– del muchacho Josemaría cuando aún no tenía 15 años… quizá hablaba de él mismo cuando escribió: «Jesús ve aquellas barcas en la orilla y se sube a una. ¡Con qué naturalidad se mete Jesús en la barca de cada uno de nosotros! Cuando te acerques al Señor, piensa que está siempre muy cerca de ti (…). Lo encontrarás en tu corazón» (San Josemaría, Santo Rosario).
u Pregunta a San Josemaría cómo dejar a Jesús meterse en tu barca.
Dijo a Simón: —Rema mar adentro y echad las redes para pescar. Simón contestó: “Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes”. Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande, que reventaba la red (Lc 5, 4-8).
Simón aunque veía los inconvenientes, se los saltó de un solo. San Josemaría se puso a rezar y portarse aún mejor para ver lo que Dios quería que hiciera. Y yo… que pongo tantas excusas. «¡Mar adentro! ― Rechaza el pesimismo que te hace cobarde (…) y echa tus redes para pescar. Debemos confiar en esas palabras del Señor». (San Josemaría, Santo. Rosario).
u Y ahora, cuéntale cómo reaccionas al oír: “¡mar adentro!”

Propósito: Dejar que Jesús sea el capitán.


jueves, 25 de junio de 2015

Los primeros tres sacerdotes

Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá (Mt 7, 7).
Hoy 25 de junio, en el año 1944, recibieron la ordenación sacerdotal los tres primeros miembros del Opus Dei. Los tres eran ingenieros y de mu­cho prestigio por ser muy estudiosos y buenos trabajadores. Eran Álvaro del Portillo, José María Hernández de Garnica y José Luis Múzquiz. Los tres murieron con fama de santidad, es decir lucharon en serio por ser santos. A don Álvaro lo beatificaron en Madrid el 27-IX-14. Jesús, que me mueva el ver el ejemplo de hombres que supieron trabajar y cumplir tu voluntad. Que me decida a ser santo.
u Busca la estampa para la oración privada de don Álvaro y rézale pidiéndole que seas muy generoso con Dios.
No juzguéis y no seréis juzgados (Mt 7, 1).
En una ocasión, San Josemaría al hablar sobre los tres primeros miem­bros del Opus Dei que se ordenaron comentaba que habían estudiado mucho, mucho, mucho. Jesús, a mi me gustaría también servirte en lo que Tú quieras, pero me doy cuenta de que no me puedo quedar sólo en las buenas intenciones. Ayúdame a que sea fuerte y aprenda a estu­diar y trabajar como el mejor, a que aproveche el tiempo.
u Intenta concretar algunos puntos de cómo aprovechar el tiempo.

Propósito: Rezarle a don Álvaro.

miércoles, 24 de junio de 2015

B-day de San Juan Bautista

El día octavo fueron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías. Pero su madre dijo: De ninguna manera, sino que se ha de llamar Juan (Lc 1, 59-63).
Hoy se celebra el Nacimiento de S. Juan Bautista. Benedicto XVI nos dice que «la liturgia nos invita a celebrar la solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista, cuya vida estuvo totalmente orientada a Cristo, como la de la Santísima Virgen. San Juan Bautista fue el precursor, la «voz» enviada a anunciar al Verbo encarnado. Por eso, conmemorar su nacimiento significa en realidad celebrar a Cristo, cumplimiento de las promesas de todos los profetas, entre los cuales el mayor fue el Bautista, llamado a «preparar el camino» delante del Mesías» (Ángelus, 24-VI-07). Y es que Juan como era mayor, te ayudaba; yo a veces con mis primos más pequeños soy un abusivo.
u Y tu vida, ¿también está orientada a Cristo, a cumplir su voluntad?
Mientras tanto el niño iba creciendo y se fortalecía en el es­píritu, y habitaba en el desierto hasta el tiempo en que debía darse a conocer a Israel (Lc 1, 80).
«Como auténtico profeta, Juan dio testimonio de la verdad sin componendas. Denunció las transgresiones de los mandamientos de Dios» (Benedicto XVI, Ángelus, 24-VI-07). Pero antes, Jesús, tu primo se preparó re-bien haciendo oración. ¿Cómo yo?
u Jesús, haz de mí un auténtico apóstol.

Propósito: No dejar nunca el 3+2.

martes, 23 de junio de 2015

Abrir la puerta correcta

“Entrad por la puerta angosta, porque amplia es la puerta y ancho el camino que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por ella.” (Mt 7, 13).
¡Qué mal suena eso de que son muchos los que entran por la puer­ta que lleva al camino de la perdición! ¡Cómo me asusta y cómo me gustaría, Jesús, que me digas por cuál camino voy! Pienso que, quizá, voy bien; pero no me acuerdo haberme encontrado una puerta tan estrechita –eso dice el DRAE que significa angosta–. Pero lo del tamaño de la puerta, ¿lo dijiste por el tamaño en sí o, más bien, por el esfuerzo que supone recorrer, muy bien, el camino de mi fe?
u Pregúntale a Jesús qué puertas has abierto o cerrado en este día.
“¡Qué angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la Vida, y qué pocos son los que la encuentran!” (Mt 7, 14).
Si antes sonaba feo que muchos vayan por el camino de la perdición, lo de que son pocos los que encuentran la puerta y el camino que con­duce a la Vida parece peor. A mí me gusta vivir bien, pero voy a acudir a la Virgen –que es el camino más rápido y seguro hacia al Cielo–, para que siempre vaya por el camino de la Vida. Además, veo que, sin ser mejor que los demás, muchos amigos van por la puerta y el camino ancho… ¡Jesús, que sepa rezar y dar ejemplo para hacer que muchos amigos se salven!
u A la Virgen se la conoce como la Puerta del Cielo. Hazte amigo de ella y preséntala a muchos.

Propósito: Hacer apostolado.

lunes, 22 de junio de 2015

“No juzguéis y no seréis juzgados”

“¿Por qué te fijas en la mota del ojo de tu hermano, y no ad­viertes la viga que hay en el tuyo? O ¿Cómo vas a decir a tu hermano: Deja que saque la mota de tu ojo, cuando tú tienes una viga en el tuyo?” (Mt 7, 3-4).
Y esto, ¿por quién lo dices? Seguro por aquellos que te perseguían. Pero, ¿también para mí? Seguro que sí; y por eso San Josemaría escribió: «¡qué equivocada visión de la objetividad! Enfocan las personas o las tareas con las deformadas lentes de sus propios defectos y, con ácida des­vergüenza, critican o se permiten vender consejos» (Surco, 644). Y sin embargo, yo pienso siempre tengo la razón, y me pongo a juzgar a los demás.
u Pídele a Jesús que te haga ver tus defectos, esa viga de tus ojos.
“Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver cómo sacar la mota del ojo de tu hermano.” (Mt 7, 5).
¡Qué duro; pero qué claro eres, Jesús! Porque sé que con la misma me­dida con que mida, seré medido y todavía me agregarán. Espero que, ahora, conversando contigo, ser sincero primero conmigo mismo, luego contigo y en la Confesión… Y la verdad que a los demás tengo que disculparlos más, porque a Miguelito (o sea yo) bien que lo disculpo, siempre encuentro un motivo que justifica la viga.
u Ayuda a los demás, pero no lo olvides: ayúdate, primero, a ti mismo.

Propósito: Sacar la viga y los clavos de Miguelito.

domingo, 21 de junio de 2015

Confesión

Muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que hizo Jesús, creyeron en él. Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho (Jn 11, 45-46).
Jesús, ¡Cómo querías a tu amigo Lázaro! ¡Cómo llorabas! Verte llorar me conmueve: ¡un Dios que llora!.., más humano no puedes ser. Y tanto como a Lázaro me quieres a mí, ¡para que me entere de una vez…! Jesús, qué curioso; ante el mismo acontecimiento: la resurrección de Lázaro, dos actitudes distintas. Unos creen en Ti, se convierten, pero otros, en cambio, se alejan y te denuncian. Y yo ¿cuál es mi actitud? Viendo los milagros patentes que haces en mi vida, Jesús, que yo sea de los primeros, que cada vez me acerque más a Ti.
u Pídele a Jesús que te dé un corazón puro.
Así, desde aquel día decidieron darle muerte (Jn 11, 53).
Jesús, se me pone un nudo en la garganta solo de pensar que yo tam­bién tengo la posibilidad de negarte, de darte muerte. Quiero hacer el propósito de no matarte nunca en mi alma. Eso es lo que pasa cuando pierdo la Gracia de Dios, cuando caigo en pecado mortal. Y si algu­na vez tengo la desgracia de perderte, Tú que me quieres tanto, tanto como a Lázaro, me resucitarás a través de la Confesión.
u Dile a Jesús que en tu alma le defenderás siempre.

Propósito: Hacer una buena confesión

sábado, 20 de junio de 2015

Siguen los tesoros

Nadie puede servir a dos señores, porque o tendrá aversión al uno y amor al otro, o prestará su adhesión al primero y menospreciará al segundo: no podéis servir a Dios y a las riquezas (Mt 6, 24).
Como tu Jesús amas y te das del todo, por eso pides que te amemos con todo, sin andar compartiendo el corazón con otras cosas. Lo dices bien claro o uno ama a Dios o acaba amando las riquezas (el dinero, la comodidad, los placeres). Bueno, Jesús, yo quiero ser de los que te amen del todo sin andar compartiendo el corazón con tonteras. Quiero ponerte en primer lugar en mi cabeza, en mi corazón y en mi lengua.
u Sigue diciéndole a Jesús que lo quieres mucho.
Por eso os digo: No os preocupéis por vuestra vida, qué co­meréis; ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento y el cuerpo que el vestido? (Mt 6,25).
El Papa Benedicto XVI explica este pasaje del evangelio así: Quien cree en Dios, Padre lleno de amor por sus hijos, pone en primer lugar la bús­queda de su reino, de su voluntad. Cuantas veces no te pongo en primer lugar, Jesús. Si tengo exámenes dejo de último el rezar, si estoy con la ilu­sión de ver un partido de fut te dejo para después, si no estoy con ganas me olvido de Ti. ¡Que te ponga en primer lugar! ¡Que no te deje tirado!
u Pídele a Santa María la fortaleza de poner a su Hijo en primer lugar.

Propósito: El primer lugar para Jesús.

viernes, 19 de junio de 2015

Tesoros

No amontonéis tesoros en la tierra, donde la polilla y la he­rrumbre los corroen y donde los ladrones socavan y los roban (Mt 6, 19).
Ahora que ya ha pasado todo, te cuento Jesús sobre mis amigos. Cuando en mayo fueron las semifinales de la Champions, los que les van al Real Madrid se burlaban de los seguidores del Bayern, pero poco les duró porque al día siguiente lloraron con la Juve. Y lo de llorar no es broma, algunos se enojaban, otros anduvieron hasta tristes varios días. Jesús, eso me hace pensar que muchas veces ponemos el corazón en cosas buenas pero que no son tan importantes. A mi eso de andar de buen humor me cuesta. Dependo mucho de los demás, de las circuns­tancias y hasta del clima.
u ¿Qué es lo que me quita la alegría? Cuéntaselo a Jesús.
Porque donde está tu tesoro allí estará tu corazón (Mt 6,21).
Jesús, y yo ¿dónde tengo puesto el corazón? ¿Cuáles son las cosas que valoro como tesoros? A mi me gustaría poder llegar a decirte que lo que más valoro es tener a Ti en mi alma llena de gracia. Jesús, ayúdame a guardarte como el tesoro más valioso, a no perderte tontamente y a no exponerte a que te roben de mi alma por medio de engaños (ten­taciones).
u El ángel custodio es un buen jefe de seguridad. Pregúntale como poder guardar mejor tu alma para que siempre esté en gracia.

Propósito: Cuidar el tesoro de la gracia.

jueves, 18 de junio de 2015

San Luis Gonzaga

(…) bien sabe vuestro Padre de qué tenéis necesidad antes de que se lo pidáis (Mt 6, 8).
Jesús, en este mes se celebra la fiesta de San Luis Gonzaga. Jesús, este santo que murió siendo un adolescente fue muy constante en buscar cumplir tu voluntad. Se empeñó seriamente San Luis por convencer a su papá de que le diera su permiso para entregarse a Dios. Y yo, Jesús, que sólo me empeño en convencer a mi papá cuando se trata de que me compren algo, de que me dé permiso para salir, etc. Jesús, necesito que me ayudes a ser empeñado, esforzado y constante en cumplir la voluntad de Dios Padre.
u ¿Qué es lo que te pide Dios Padre y aún no lo has hecho?
(…) y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal (Mt 6,13).
Otra cosa que se cuenta de San Luis es que desde muy jovencito, desde niño, y siendo adolescente, tenía la fama de ser un muchacho muy lim­pio. Limpio no porque se bañaba todos los días, si no limpio porque vivía muy bien la virtud de la santa pureza. Jesús, líbrame de las ocasiones de pecado, de la tontera de andar hablando marranadas, pero sobre todo líbrame de la malicia de buscar y ponerme en ocasión de ofenderte. Y te pido además por mis amigos para que nunca se dejen arrastrar por la suciedad.
u Se cuenta que San Luis cargaba sobre sus hombros a los enfermos y moribundos. Carga sobre tus hombros a tus amigos para llevárselos a Jesús a la confesión.

Propósito: Cargar con mis amigos.

miércoles, 17 de junio de 2015

No recompensas humanas

Por tanto, cuando des limosna no lo vayas pregonando, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, con el fin de ser alabados por los hombres. En verdad os digo que ya recibieron su recompensa (Mt 6, 2).
Ayer, Jesús, de mi rato de oración salí dispuesto a sumar pero muy rápi­damente me dí cuenta de que andaba haciendo cosas buenas para servir a los demás, peroooooo al mismo tiempo quería que me lo agra­decieran. Por eso, el evangelio de hoy me da dé lleno en el centro de mi soberbia. Jesús, que aprenda a servir a los demás por amor tuyo y a no estar buscando que me lo paguen con un “gracias” o “que bueno eres”.
u Sigue por tu cuenta pidiendo saber servir sin buscar recompensa.
Tú, por el contrario, cuando des limosna, que tu mano izquier­da no sepa lo que hace tu derecha, para que tu limosna quede en oculto; de este modo, tu Padre, que ve en lo oculto, te recompensará (Mt 6, 3-4).
Jesús, auméntame la fe, para tener la certeza de que todo lo que haga por amor a Ti me lo recompensarás con el cielo. Dame fe para hacer las cosas por amor tuyo. A no buscar recompensa en esta tierra. A sa­ber amarte con mi trabajo y mis mil detalles de servicio a los demás. Auméntame la Fe para que me esfuerce de verdad en sumar en cual­quier lugar donde me encuentre.
u Pídele a la Virgen que te alcance un aumento de la FE.

Propósito: No buscar recompensa humana

martes, 16 de junio de 2015

Sumar siempre

Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persigan (Mt 5, 43-44).
En una ocasión, Jesús, me explicaron que San Josemaría decía que cada uno debía ser un signo más. Al principio no lo entendía bien pero me parece que lo voy comprendiendo. Donde quiera que esté he de intentar ser alguien positivo, que una a la gente, que aporte como un signo +. Pero para ser ese signo + y no signo – o de ÷ tengo que apren­der a rezar por todos y no guardar ningún rencor contra nadie. Me pasa que sólo rezo por mis cosas y cositas, y pocas veces rezo por los demás: por el trabajo de mi papá, por la alegría de mi mamá, por el examen de mi hermano, para que se decida a confesarse aquel amigo…
u Habla con Jesús sobre si eres +, o bien –, o peor ÷.
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? ¿Acaso no hacen eso también los publicanos? Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿Acaso no hacen eso también los paganos? (Mt 5, 46-47).
Pues más claro no lo puedes decir, Jesús. Yo no quiero ser el causante de peleas en la casa, ni de división entre mis amigos. Me decido a ser signo + y entonces servir a todos sin hacer excepciones (a éste sí, a éste no). Yo quiero ser un buen hijo de Dios, y dónde quiera que esté quiero sumar y no restar.
u Concreta algunas formas de servir en casa, a los amigos, etc.

Propósito: Siempre ser signo +.

lunes, 15 de junio de 2015

Santo en casa

Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo: No repliquéis al malvado; por el contrario, si al­guien te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la otra (Mt 5, 38-39).
Jesús, desde que me enteré de unos hermanos gemelos que son santos y que sus papás (papá y mamá) son santos también, esto me hace pen­sar. Esos hermanos se llamaban Marcos y Marcelino. A mi estas historias, Jesús, me gustan porque me animan a rezar por toda mi familia para que todos nos ganemos el cielo. No sé dónde fue que oí que el lugar más difícil para hacerse santo es en la familia. No sé si esto es verdad o no, pero en mi caso sí que lo creo, ya que cuando estoy en la casa me relajo y lucho poco por ser servicial, alegre y apostólico.
u Continúa contándole a Jesús cómo te comportas en tu casa.
A quien te pida, dale; y no rehúyas al que quiera de ti algo prestado (Mt 5, 42).
Para mí, Jesús, esto que dices me parece muy duro. Te explico. En mi casa soy un experto para hacerme el loco y no ayudar, para escabu­llirme, esconderme y hacerme el sordo si me piden un favor. Y si luego hago algo espero que me lo agradezcan y me siento con el derecho de no hacer nada más. Jesús, ayúdame a ser servicial, alegre y apostólico en mi casa.
u Dedícate unos minutos a imaginarte como era Jesús, María y José cuando estaban en su casa de Nazareth.

Propósito: Servir en la casa sin esperar a que me lo pidan.

domingo, 14 de junio de 2015

Domingo XI Que te deje hacer

El Reino de Dios viene a ser como un hombre que echa la semilla sobre la tierra, y duerma o vele noche y día, la semilla nace y crece, sin que él sepa cómo (Mc 4, 26-27).
Jesús, me parece entender que te refieres a la acción de la gracia en nuestras almas. Si te dejo hacer, si hago lo que Tú quieres entonces en mi alma crecerá un gran árbol que producirá muchos frutos. Decirlo es fácil, Jesús, pero en la práctica no lo es. Me pasa que muchas veces sé lo que quieres (que me ponga a trabajar, que haga mi rato de oración ya, que me tire hacer apostolado) pero me resisto y me hago el loco. A veces me gana el miedo o la pereza. Aun así, Jesús, yo quiero dar mucho fruto.
u Cuéntale a Jesús sobre los frutos que te gustaría poder darle.
Es como un grano de mostaza (…) pero, una vez sembrado, crece y se hace mayor que todas las hortalizas, y echa ramas grandes, de manera que los pájaros del cielo puedan anidar bajo su sombra (Mc 4, 31-32).
¡Yo quiero dar muchos frutos! Quiero, Jesús, ser alguien que te pueda ofrecer muchos frutos de apostolado, de trabajo bien hecho, de ale­gría y paz en mi familia. Por eso seguiré el consejo de San Josemaría: “Invócala con fuerza: «Virgo fidelis!» –¡Virgen fiel!, y ruégale que los que nos decimos amigos de Dios, lo seamos de veras y a todas las horas” (Surco, n. 51).
u Cuéntale a María tus sueños de santidad.

Propósito: Soñar.

sábado, 13 de junio de 2015

Inmaculado Corazón de María. Comprender a Jesús

El niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo advirtiesen sus padres (…) Al verlo se maravillaron, y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira cómo tu padre y yo, an­gustiados, te buscábamos (Lc 2, 43.48).
Vaya susto que les diste a María y a José. Yo, como no soy Dios, no pue­do hacer esas cosas, y siempre he de avisar si me retraso o cambio de plan, además siempre llevo encima el celular. Tú, Jesús, lo hiciste para recordarles tu misión en la tierra. La Virgen no lo entiende, pero te lo pregunta, Ella hacía siempre oración, hablaba contigo para entender.
u Pregunta a Jesús lo que no entiendas y pídele ayuda para dar alegrías a María.
Y él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es necesario que yo esté en las cosas de mi Padre? (…) Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón (Lc 2, 49.51).
¡Cuántas cosas aprendiste aquel día, Virgen Santísima! Fuiste entendien­do poco a poco, un día lo viste todo claro cuando Jesús hecho ya un hombre se fue a predicar, a realizar milagros… y aunque te gustaba locamente tenerlo en Nazaret no le armaste pleito cuando te dijo que se iba, es más estuviste en las Bodas de Caná que fue su presentación en sociedad. ¡Qué pena me dan esas mamás que no dejan que sus hijos hagan locuras por Dios! “Es pequeño, no conoce mundo…” dicen… y no saben que lo importante es lo que Dios pide a cada corazón.
u María ¿qué guardo yo en mi corazón?

Propósito: Abrir el corazón a la voluntad de Dios.

viernes, 12 de junio de 2015

Sagrado Corazón de Jesús

¿Quién de vosotros, si tiene cien ovejas y pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se perdió hasta encontrarla? (Lc 15, 3-4).
Pues depende, Jesús, porque nosotros amamos poco…, pero cuando una cosa me interesa bien que la busco. Me acuerdo el día que perdí mi USB, puse toda la casa patas arriba…, todo un relajo. Tu Misericordioso Corazón, en cambio, siempre sufre cuando me alejo de Ti, y me man­das mensajes y mensajeros para que vuelva. Por eso me sirve tanto mirar el Crucifijo de mi cuarto y cuando me entran tentaciones de ser una oveja perdida miro la llaga de tu costado, de tu pecho, y veo lo que me quieres.
u Métete en la llaga del Corazón de Cristo y dile que te cure.
Y, cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso, y, al llegar a casa, convoca a los amigos y vecinos y les dice: Alegraos conmigo, porque he encontrado la oveja que se me perdió (Mt 15, 5-6).
Quiero consolarte, Corazón doliente de Jesús, yo no deseo ser una car­ga para Ti, haz que nunca me aleje, que no deje nunca la Eucaristía y la oración… Si yo me alegro cuando un amigo mío oveja perdida se vuel­ve bien portado, ¡cómo de grande será la alegría del Cielo! Se alegra tu Corazón Sacratísimo y tu Madre, todo el cielo y en especial el Ángel de la Guarda del perdido, porque él ayuda al Pastor a encontrar y cargar a la oveja descarriada.
u Cuéntale al Corazón de Jesús de tus amigos perdidos.

Propósito: Hacer fiesta en el Cielo llevando amigos a la Confesión.

jueves, 11 de junio de 2015

No “pelar cables”

Habéis oído que se dijo a los antiguos: No matarás, y el que se llene de ira contra su hermano, será reo de juicio; y el que llame a su hermano necio, será reo ante el Sanedrín (Mt 5, 21-22).
Jesús, cuando me enojo con mis hermanos o con mis amigos no es que les llame necio, sino insultos terribles: cucaracha, rata de cloaca, saban­dija, sanguijuela o cosas peores que hasta pena me da contártelo… Luego, después, me arrepiento y lo paso mal. Jesús, ¿por qué tendré la lengua tan afilada y larga? ¿Por qué hago tanto daño a los que más quiero? Jesús, contigo también se metían: Muchos de ellos decían: Está endemoniado y loco, ¿por qué le escucháis? (Jn 10,20), y les perdona­bas siempre. Jesús, quiero ser como tú: Manso y humilde de corazón (Mt 11,29).
u Jesús, ayúdame a imitarte.
Ve primero a reconciliarte con tu hermano (Mt 5, 24).
Jesús, ¡cómo me cuesta pedir perdón! Porque cuando me enojo, siem­pre creo que es el otro el que debe pedirme perdón a mí. Incluso llego a la niñada de no hablar con esa persona durante un tiempo, porque me ha hecho esto o esto otro; y hasta que no me pide perdón… Y en la cabeza se me pasan todas las posibles respuestas o burradas que podría hacer para vengarme. Sin embargo, Tú has perdonado incluso a los que te crucificaban. Que aprenda de Ti a perdonar, a adelantarme, y pedir perdón.
u Piensa con quién tienes que hacer las paces, pedir perdón, y terminas.

Propósito: Sereno y no “pelar cables”.

miércoles, 10 de junio de 2015

Coherencia y ejemplaridad

No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolirlos sino a darles su plenitud (Mc 5, 17).
Ayer, Jesús, te pedía que quería ser luz para los demás. Hoy, gracias al evangelio de este día, entiendo que ser luz para los demás es ser co­herente y ejemplar. Coherente: si digo que creo en Ti, que se me note porque te doy tiempo a lo largo del día. Ejemplar: hacer las cosas bien y que parezcan buenas (así lo explicaba San Josemaría). Eso es lo que voy a pedirte hoy: que sea coherente y ejemplar.
u Sigue platicando con Jesús sobre la coherencia y la ejemplaridad, especialmente cuéntale si notas en qué cosas no lo eres.
Por el contrario, el que los cumpla y enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos (Mc 5, 19).
Jesús, hace un tiempo fui a ver una exposición de perros. Ahí los perros los paseaban sus dueños, les hacían que se sentaran, corrieran, dieran unos saltos, ladraran. Y algunas personas expertas en perros al ver algún perro fuera de serie decía: ¡Qué ejemplar! A mi hacía pensar que esa frase era como decirle a los otros perros que aprendieran de ese perro a sentarse, saltar, ladrar, etc. Bueno, Jesús, yo no soy un perro pero quiero ser ejemplar y luz para los demás. Quiero hacer las cosas bien y que parezcan buenas.
u Sigue por tu cuenta.

Propósito: ser coherente y ser ejemplar.

martes, 9 de junio de 2015

Luz para llevar a Dios

Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciu­dad situada en lo alto de un monte (Mt 5, 14).
Jesús, ¿te imaginas que el próximo premio Nobel de Medicina fuese un buen católico? ¿Te gustaría que los cantantes más famosos tuvieran matrimonios unidos, con muchos hijos y que fueran a Misa todos juntos los domingos? Pues claro que sí, y a mí también. Tengo que no me gus­tan quienes llevan varios rosarios al cuello o en la muñeca y luego se los truenan en clases… Yo sé que para mostrar a mis amigos lo que es ser cristianos no tengo que latigarlos con mi rosario, sino darles ejemplo con mi amistad, con mi estudio, con mi buen humor.
u Ver con Jesús cuándo no soy luz para los demás.
Alumbre así vuestra luz ante los hombres, para que vean vues­tras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre (Mt 5, 16).
La verdad, Jesús, es que cuando me dan un 99 en mate o meto un gol de volea y oigo como alguien me dice “¡sos un crack!” me lo creo un poco… ¡Qué sería yo si Tú no me hubieras dado la inteligencia y los músculos! Que no te quite tu gloria. Si no te hubiera conocido, si no me hubieran enseñado a amarte lo mismo sería marero… Que haga como aquel torero que cuando le daban una ovación cerrada y le arrojaban flores, rezaba por dentro: “son para Ti, son para tu gloria”.
u Da gracias al Señor por los talentos que te ha dado.

Propósito: Destacar… para gloria de Dios.

lunes, 8 de junio de 2015

Amigos

Al salir de la barca, en seguida le salió al encuentro desde los sepulcros un hombre poseído por un espíritu inmundo, que vivía en los sepulcros y nadie podía tenerlo sujeto ni siquie­ra con cadenas; porque había estado muchas veces atado con grilletes y cadenas, y había roto las cadenas y deshecho los grilletes, y nadie podía dominarlo (Mc 5, 2-4).
A este pobre hombre no le querían sus amigos y vecinos. Jesús, aquella gente al verle endemoniado en vez de rezar por él y de llevarlo algún rabino para que le hiciera un exorcismo, simplemente lo ataron con ca­denas y grilletes. Se quitaron el problema de encima para seguir con su vida. Jesús, a veces me pasa que yo también en vez de ayudar a mis amigos que andan como en-satanados (es decir, portándose mal) les coloco la cadena de la indiferencia y me hago el loco para seguir con mi vida.
u Cuéntale a Jesús sobre tus amigos y reza por ellos.
Al ver a Jesús desde lejos, corrió y se postró ante él (Mc 5, 6).
Aquel hombre comienza su curación por ponerse de rodillas frente a Ti. Jesús, que sepa ayudar a mis amigos rezando por ellos y luego animán­doles a que se pongan de rodillas en la confesión y la Eucaristía. Jesús, ayúdame a saber querer de verdad a mis amigos. Que no sea indiferen­te, ni una momia de lento para ayudar a mi familia y mis amigos.
u Pídele a Jesús que te aumente la Fe y que te ayude a ser valiente para hacer apostolado.

Propósito: querer de verdad a mi familia y mis amigos.

domingo, 7 de junio de 2015

Corpus Christi

Él les dijo: Dadles vosotros de comer. Pero ellos dijeron: No tenemos más que cinco panes y dos peces (Lc 9, 13).
Mandas a los discípulos dar de comer a aquella muchedumbre sabien­do que no tienen ni para ellos. A veces a mí también me pides cosas que me parecen imposibles. ¡Ayúdame a confiar más en Ti y no en mis fuerzas! Auméntame la Fe en tu presencia en la Eucaristía. Jesús, quiero aprender a tratarte muy bien en cada Sagrario y ayudar a mi familia a que te ame.
u Reza despacito una Comunión Espiritual.
Tomando los cinco panes y los dos peces, miró al cielo y los bendijo, los partió y los dio a sus discípulos, para que los dis­tribuyeran entre la muchedumbre (Lc 9, 16-17).
Tus discípulos son ahora, Jesús, los sacerdotes: ellos te presentan nuestro pan y vino y además te prestan su cuerpo y su voz– para que realices el milagro de la transubstanciación: Esto es mi Cuerpo… este es el cáliz de mi Sangre. Lope de Vega, que era sacerdote, escribió un poema que comienza “Cuando en mis manos, Rey Eterno, os miro / y la Cándida Víctima levanto, / de mi atrevida indignidad me espanto, / y la piedad de vuestro pecho admiro”; y es que los sacerdotes son humanos, como yo, por eso te pido por ellos, para que sean muy santos y sigan dando de comer a todos. Y en especial por el Papa Francisco.
u Reza por los sacerdotes que conozcas y por los que no conoces.

Propósito: Pedir a Jesús sacerdotes santos que me den Su Alimento.

sábado, 6 de junio de 2015

La ofrenda de la viuda

“Guardaos de los escribas que les gusta pasear con vestidos lujosos” (Mc 12, 38).
Tengo que reconocer que me gusta vestir bien. Cuando voy a los cen­tros comerciales se me van los ojos en las vitrinas y quisiera tener esto, y lo otro; pero ahí está siempre mamá para decirme que ya casi puedo heredar la camisa polo de mi hermano y o de mi primo. Jesús es que tengo que aprender a no apegarme a las cosas, y a no tener caprichos, a cuidar de lo que tengo para que dure, aunque pasen de moda.
u ¿Será que en mi closet hay cosas de más?
“En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más en el gazofilacio que todos los otros, pues todos han echado algo de lo que les sobraba, ella, en cambio, en su necesidad, ha echado todo lo que tenía, todo su sustento” (Mc 12, 43-44).
Cuentan que un hombre adinerado fue a ver a la Madre Teresa de Calcuta porque quería ayudarla con sus obras a favor de los necesita­dos, y que le preguntó con cuánto dinero quería que la ayudara. –“Deme hasta que le duela”, fue su respuesta. Ya me enteré que lo del “gazofi­lacio” es la alcancía del Templo Judío, y es que para que el Templo esté limpio, y los manteles y todo lo demás nítido, también hace falta dinero… y además tú, Señor, te mereces lo mejor y no cosas de paca.
u Cuéntale a Jesús cuándo te duele dar… y dile que te cure.

Propósito: Mañana es Corpus Christi: vestirme muy bien para Jesús.