No penséis que he venido a abolir
la Ley o los Profetas; no he venido a abolirlos sino a darles su plenitud (Mc
5, 17).
Ayer,
Jesús, te pedía que quería ser luz para los demás. Hoy, gracias al evangelio de
este día, entiendo que ser luz para los demás es ser coherente y ejemplar.
Coherente: si digo que creo en Ti, que se me note porque te doy tiempo a lo
largo del día. Ejemplar: hacer las cosas bien y que parezcan buenas (así lo
explicaba San Josemaría). Eso es lo que voy a pedirte hoy: que sea coherente y
ejemplar.
u Sigue platicando con
Jesús sobre la coherencia y la ejemplaridad, especialmente cuéntale si notas en
qué cosas no lo eres.
Por el contrario, el que los
cumpla y enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos (Mc 5, 19).
Jesús, hace
un tiempo fui a ver una exposición de perros. Ahí los perros los paseaban sus
dueños, les hacían que se sentaran, corrieran, dieran unos saltos, ladraran. Y
algunas personas expertas en perros al ver algún perro fuera de serie decía:
¡Qué ejemplar! A mi hacía pensar que esa frase era como decirle a los otros
perros que aprendieran de ese perro a sentarse, saltar, ladrar, etc. Bueno,
Jesús, yo no soy un perro pero quiero ser ejemplar y luz para los demás. Quiero
hacer las cosas bien y que parezcan buenas.
u Sigue por tu cuenta.
Propósito:
ser coherente y ser ejemplar.