martes, 9 de junio de 2015

Luz para llevar a Dios

Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciu­dad situada en lo alto de un monte (Mt 5, 14).
Jesús, ¿te imaginas que el próximo premio Nobel de Medicina fuese un buen católico? ¿Te gustaría que los cantantes más famosos tuvieran matrimonios unidos, con muchos hijos y que fueran a Misa todos juntos los domingos? Pues claro que sí, y a mí también. Tengo que no me gus­tan quienes llevan varios rosarios al cuello o en la muñeca y luego se los truenan en clases… Yo sé que para mostrar a mis amigos lo que es ser cristianos no tengo que latigarlos con mi rosario, sino darles ejemplo con mi amistad, con mi estudio, con mi buen humor.
u Ver con Jesús cuándo no soy luz para los demás.
Alumbre así vuestra luz ante los hombres, para que vean vues­tras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre (Mt 5, 16).
La verdad, Jesús, es que cuando me dan un 99 en mate o meto un gol de volea y oigo como alguien me dice “¡sos un crack!” me lo creo un poco… ¡Qué sería yo si Tú no me hubieras dado la inteligencia y los músculos! Que no te quite tu gloria. Si no te hubiera conocido, si no me hubieran enseñado a amarte lo mismo sería marero… Que haga como aquel torero que cuando le daban una ovación cerrada y le arrojaban flores, rezaba por dentro: “son para Ti, son para tu gloria”.
u Da gracias al Señor por los talentos que te ha dado.

Propósito: Destacar… para gloria de Dios.