¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo
le pide pan, le dará un piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O
si le pide un huevo, le dará un escorpión? (Lc 11, 5-13).
Jesús, me encanta y divierte tu buen humor. Sabías des-dramatizar
y reírte de las situaciones, ¡no de las personas! Usabas imágenes graciosas,
como aquella otra al entrar en Jerusalén: Si estos callaran, las piedras
darían voces… (Lc 19,40). ¿Contabas chistes? ¿Sabías imitar? Seguro que
sí, para hacer reír a alguno de tus apóstoles que a veces se lo tomaban todo
muy en serio, o es que quizá estaban un poco cansados…
Jesús
¿Quieres
que te cuente un chiste? Aunque es malo, no te importa ¿verdad?
Hombres de Galilea, ¿Qué hacéis mirando
el Cielo (Act 1,11)
¿Y los ángeles, tienen buen humor? Aunque son solo
espirituales, parece que sí: después de la Ascensión, unos ángeles burlones
fueron a espabilar a los apóstoles que se habían quedado con cara de haba. Hombres
de Galilea, ¿Qué hacéis mirando el Cielo ¿Y los santos? También tienen
buen humor (condición sine qua non): Un santo triste es un triste
santo (San Fco de Sales); Dame, Señor, el sentido del humor; dame el
saber reírme de un chiste (Sto Tomás Moro); Solo contaba con 26 años,
gracia de Dios y buen humor… (San Josemaría).
Jesús:
dame buen humor, que no me tome demasiado en serio.
Propósito:
contar chistes a Jesús (intentar que sean buenos).