martes, 18 de octubre de 2016

San Lucas. María guardaba estas cosas en su corazón

Ya que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros, si­guiendo las tradiciones transmitidas por los que primero fue­ron testigos oculares (Lc 1,1-3).
Jesús, San Lucas es un ¡crack! Es un hombre concienzudo, acostum­brado a ir hasta el fondo de las cuestiones. No en vano es médico, el Médico amado le llama cariñosamente San Pablo. Sus historias clínicas debían ser exhaustivas: ¿Alergias? ¿Pasó la rubeola?... Pero sobre todo Lucas es el Evangelista de la infancia de Jesús. Seguro que pasó largas horas escuchando a la mejor testigo ocular, María: —¿Y cómo fue lo del Ángel?... ¿Y entonces qué te dijo tu prima?... ¿Y lo de los Magos?... ¿Y qué es lo que guardabas en tu corazón?…
Como Lucas haz tú una entrevista a María: ¡cuéntaselo todo!
Yo también, después de comprobarlo todo exactamente des­de el principio, he resuelto escribírtelos por su orden, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido (Lc 5,20).
Venga Pe-Lucas, le diría la Virgen, deja de comprobarlo todo exacta­mente y com-prueba lo rico que me ha salido este pan. A ver, ¿qué te ha inspirado hoy el Espíritu Santo? Y el listo de Lucas leyó: Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo… (Lc 1,28). Y Ella se volvió a turbar al oír esas palabras.
Recuerda a María los momentos bonitos de su vida y terminas.

Propósito: contratar al Dr. Lucas como médico de mi familia.