miércoles, 11 de junio de 2014

Cuidado con las trampas

No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles su plenitud. En verdad os digo que mientras no pasen el Cielo y la Tierra, no pasará de la Ley ni la más pequeña letra o trazo hasta que todo se cumpla (Mt 5, 17-19).
Jesús, en el ambiente noto un terror a las normas, a los mandamientos, como si fueran en contra de mi libertad. Yo creo en Dios, pero a mi manera; así es más espontáneo, más natural, dicen muchos. En cambio, bien que siguen las indicaciones si un producto es dañino para la salud, y entonces no piensan que eso quita la libertad de hacer lo que uno quiere. Que me dé cuenta, Jesús, que los mandamientos son carreteras que me señalan la buena dirección, el mejor modo de llegar al destino correcto, para llegar hasta Ti.
u  ¿Luchas para tener limpia tu alma?
El que los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los Cielos.
Jesús, en mi afán de probarlo todo, saberlo todo, curiosearlo todo, de verlo todo… He abierto puertas y saltado barreras: ¡Qué difícil después dar marcha atrás! ¡Qué amargas experiencias! ¡Qué imágenes tan sucias! ¡Buscaba más libertad y he caído en la trampa del pecado que me esclaviza! Que nunca más vuelva a jugar con el fuego o andar borderline con el pecado.
u  ¿En qué trampas suelo caer? ¿Qué es lo que me esclaviza?

Propósito: Bien limpio por dentro y por fuera.