miércoles, 4 de junio de 2014

Amar al mundo “apasionadamente”

No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del mal (Jn 17, 15).
Jesús, me gustan mucho las cosas del mundo: las hamburguesas y las puestas de sol, y ver a las hormigas todas en hilera, y me muero de risa con los chistes de mi hermano, y las carreras de motos, y hacer castillos de arena en la playa, y las papitas fritas. Jesús, me gusta silbar, y quemar cohetes (aunque estén prohibidos) Jesús, me gustan tantas cosas del mundo porque sé que a ti también te gustan, porque es en medio del mundo donde te encuentro.
u  Pide a Jesús “amar apasionadamente al mundo” sin hacerte “mundano”.
Padre, como Tú me enviaste al mundo, así los envío yo tam­bién al mundo. (…) para que también ellos sean santificados en la verdad. (Jn 17, 18-19).
Jesús, ¿cuál es mi misión? Y quizá me respondes: ser santo en medio del mundo, como nos recordaba San Josemaría: Allí donde están vuestras aspiraciones, vuestro trabajo, vuestros amores, allí está el sitio de vuestro encuentro cotidiano con Cristo (…). En la línea del horizonte, hijos míos, parece unirse el cielo y la tierra. Pero no, donde de verdad se juntan es en vuestros corazones, cuando vivís santamente la vida ordinaria (San Josemaría). Jesús mío, es en mi corazón, en las cosas que amo tanto, el sitio donde te encuentro.
u  Pídele al Espíritu Santo que te alcance deseos de ser santo y apóstol.

Propósito: ¡quiero ser santo!