Él les dijo:
Dadles vosotros de comer. Pero ellos dijeron: No tenemos más que cinco panes y
dos peces (Lc 9, 13).
Mandas a los discípulos dar
de comer a aquella muchedumbre sabiendo que no tienen ni para ellos. A veces a
mí también me pides cosas que me parecen imposibles. ¡Ayúdame a confiar más en
Ti y no en mis fuerzas! Precisamente en tu Procesión –hoy no sale una imagen
tuya, sino Tú en persona– se canta eso de “Vuestro Cuerpo sacrosanto, es del
cielo rico don / es de fuertes, alimento, es de débiles, vigor”. Yo lo noto
cuando comulgo.
u Dile
a Jesús Eucaristía que te alimente y te dé vigor.
Tomando los
cinco panes y los dos peces, miró al cielo y los bendijo, los partió y los dio
a sus discípulos, para que los distribuyeran entre la muchedumbre (Lc 9, 16-17).
Tus discípulos son ahora,
Jesús, los sacerdotes: ellos te presentan nuestro poco de pan y vino y Tú en
persona –ellos te prestan su cuerpo y su voz– los transustancias: Esto
es mi Cuerpo… este es el cáliz de mi Sangre. Lope de Vega, que era
sacerdote, escribió un soneto que comienza “Cuando en mis manos, Rey Eterno,
os miro / y la Cándida Víctima levanto, / de mi atrevida indignidad me
espanto, / y la piedad de vuestro pecho admiro”; y es que los sacerdotes
son humanos, como yo, por eso te pido por ellos, para que sean muy santos y sigan
dando de comer a todos.
u ¿Cuánto
rezo por los sacerdotes que conozco y por los que no?
Propósito: Pedir a Jesús sacerdotes santos.