martes, 4 de abril de 2017

Jesús, que cuando me vean, Te vean

¿Tú quién eres? (…) Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy (Jn 8, 25.28).
Jesús, levantado, colgado, significa crucificado. Jesús, les estás dicien­do que sólo en y desde la Cruz pueden entender quién eres. Preguntaron a un conocido pintor: —¿Mi cuadro favorito? No tengo. A mí me gusta Velázquez (…). Cuando pienso en Velázquez, nunca pienso en un cua­dro, sino en una persona a la que quiero mucho. Recuerdo un día que estaba mirando (su Cristo en la Cruz) y de repente sentí que ese hom­bre me estaba viendo, me estaba escuchando… No está muerto, un muerto flexiona las rodillas. Ese hombre está con la cabeza baja y sabe que estamos aquí (...).
¿Sabe Jesús qué estás con Él? Busca un crucifijo bésalo, y se lo dices.
El que me ha enviado está conmigo; no me ha dejado solo porque yo hago siempre lo que le agrada (Jn 8, 29).
Y sigue diciendo el mismo pintor: El misterio de este Cristo, algo tie­ne que ver con lo espiritual, con la profundidad y la bondad. En el cristianismo se han hecho pocas imágenes como esta, tan liberadoras de toda violencia, de toda amenaza al espectador. Pero tampoco te mueve a sentir pena por el personaje. Realmente desvela lo espiritual con una profundidad como muy pocas veces se ha hecho. Es un Cristo limpio de sangre….
Cristo en la Cruz lo atrae todo hacia sí: miradas, sueños, vidas.

Propósito: buscar una estampa del Cristo de Velázquez y mirarla.