Si pudiera tocar, aunque sólo fuera su manto, quedaré sana. En el
mismo instante se secó la fuente de sangre, y sintió en su cuerpo que estaba
curada de la enfermedad (Mc 5, 28-29).
Esta
mujer, Jesús, se curó sólo por tocarte el borde de tu manto. Tenía verdadera fe
en Ti. ¡Auméntame la Fe! Yo no sólo te toco si no que te como en la Eucaristía.
Jesús que me preparé siempre muy bien para comulgar. Me prepararé con el alma y
el cuerpo limpio. Bien confesado y vistiéndome bien para ir a Misa. Nada de ir
en chanclas o bermudas.
Una buena forma para prepararse bien para comulgar es rezar
la Comunión Espiritual. Dila despacito.
Pero él, haciendo salir a todos, toma consigo al padre y a la
madre de la niña y a los que le acompañaban, y entra donde estaba la niña. Y
tomando la mano de la niña, le dice: Talita qum, que significa: Niña, a ti te
digo, levántate (Mc 5, 40-41).
Me
encanta este milagro. Jesús, estás en los detalles. Te acercas a la niña y la
tomas de la mano para que se levante, para que pueda estar otra vez de pie. Y
lo mismo haces conmigo, Jesús. Como hacen los médicos en los partidos del
mundial: aunque el jugador se queja y se returce de dolor, le echan un spray,
le dan un poquito de agua, y a seguir jugando. Yo quiero que me digas muchas
veces “A ti te digo, levántate”
¿A que muchas veces te quejas por gusto?
Propósito:
No andarme tirando al suelo, y jugar limpio