domingo, 4 de septiembre de 2011

Bomba


Si tu hermano peca contra ti, ve y corrígele a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano (Mt 18, 15).


Esto que dices, Jesús, sí que es difícil. Y es que cuando siento que alguien me ha ofendido exploto como una bomba. Luego, me arrepiento de haber explotado y me enojo conmigo mismo por tener tan poco control. Pero lo peor de todo es que cuando pienso en frío las cosas, con sinceridad, me doy cuenta de que realmente no me han ofendido. No sé si me explico o ya me hice bolas. La cosa, Jesús, es que te pido aprender a escuchar lo que me dicen, especialmente mis papás y profes. Dame unas orejas bien grandes para escuchar y la humildad de reconocer aquello en lo que me equivoqué.

  • Sigue contándole a Jesús sobre las situaciones en las que explotas.

Si no escucha, toma entonces contigo a uno o dos, para que cualquier asunto quede firme por la palabra de dos o tres testigos (Mt 18, 16).


Pues este tipo de encerrona ya la he vivido, Jesús. Y la he vivido cuando han entregado las notas y yo estaba terco que los profes la tenían contra mí. Hasta que mi papá y mi mamá, junto a unos profes me hablaron y no me quedó otra que reconocer que no había estudiado. Jesús, no quiero ser un terco, un testarudo, es decir un testa (cabeza) que es rudo. Quiero aprender a reconocer mis errores.

  • Continúa pidiendo humildad.

Propósito: Ni bomba, ni testarudo.