martes, 6 de septiembre de 2011

El 1, 2, 3 del apostolado


Sucedió en aquellos días que salió al monte a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios (Lc 6, 12).


¡Qué bárbaro, Jesús! ¡Toda la noche en oración! ¿Cómo lo lograste? ¿Tomaste café y comías chocolates para mantenerte despierto? ¿No te distraías? ¿De qué hablabas tanto con Dios Padre? Te lo pregunto porque a mí hacer 15 minutos de oración sin distraerme y sin dar una cabeceada me parece una hazaña. Por cierto, es una hazaña que aún no he logrado. Si te contara que a cada rato me pongo a ver el reloj, y hasta con el vuelo de un zancudo me distraigo. Yo hoy te quiero pedir que me enseñes hacer oración, a perseverar, a tener tema para hablar con Dios Padre sin distracciones.

  • Cuéntale a Jesús cuáles son las distracciones más frecuentes en tu oración.

Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió a doce entre ellos, a los que denominó Apóstoles (Lc 6, 13).


Ahora entiendo, Jesús, pasaste toda la noche haciendo oración para llamar a los que serían los apóstoles. Antes de actuar –de llamarlos– hiciste oración por ellos y ofreciste el sacrificio de perseverar toda la noche rezando. Comprendo lo que decía San Josemaría en Camino que primero oración, después mortificación y en tercer lugar acción (cfr. 82). Jesús, que antes de hablarle a alguien sobre Ti –apostolado– siga estos pasos.

  • Concreta con Jesús la oración, sacrificio y acción por cinco amigos o más.

Propósito: Aprenderme el 1, 2, 3 del apostolado, y lanzarme.