Estaban junto a la cruz de Jesús su
madre y la hermana de su madre, María de Cleofás, y María Magdalena (Jn 19,
25).
Siempre me conmueve imaginarme a la Virgen al lado de la
Cruz. Me gusta recordarla especialmente cuando ando flojo y medio tentado. Y
más de alguna lagrimita se me escapa cuando rezo aquel himno que se llama
Stabat Mater: Oh Madre, fuente de amor!, / hazme sentir tu dolor / para que
llore contigo: / y que, por mi Cristo amado, / mi corazón abrasado / más viva
en Él que conmigo. Te pido hoy que estas lágrimas no sean de cocodrilo sino
que saque propósitos de consolar a la Virgen porque me decido a santificar mi
estudio y hacer mucho apostolado.
u Repite despacio esta estrofa del himno
Stabat Mater.
Jesús, viendo a su madre y al
discípulo a quien amaba, que estaba allí, dijo a su madre: Mujer, he ahí a tu
hijo. Después dice al discípulo: He ahí a tu madre. (Jn 19, 26-27).
Señora de los Dolores, hoy no puedo sino pedirte otra vez
por esas mamás de mi tierra a las que les llevan a sus hijos baleados… Tú, que sabes
lo que es tener a un Hijo asesinado entre los brazos y que eres Madre Nuestra,
haz que haya paz en nuestra Patria… y haz que haya paz en mi familia, y en
todas las familias de esta Patria grande que es la tierra entera. ¡Somos tus
hijos, haz que nos queramos!
u Pide mucho a la Virgen por todos sus
hijos, tus hermanos, todos los compatriotas.
Propósito: Rezar los Misterios Dolorosos por las familias
y la paz.