La
novena la puedes realizar siguiendo estos pasos
- Rezar la oración inicial.
- Leer y pensar el texto que se propone para cada día.
- Decir con piedad un Avemaría. (Recuerda que Santa María es la Reina de los ángeles.)
- Rezar la oración final.
ORACIÓN INICIAL
Ángel de Dios, bajo cuya custodia me puso el Señor con amorosa piedad, a mí que soy tu encomendado, alúmbrame hoy, guárdame, rígeme, y gobiérname. Amén.
Ángel de Dios, bajo cuya custodia me puso el Señor con amorosa piedad, a mí que soy tu encomendado, alúmbrame hoy, guárdame, rígeme, y gobiérname. Amén.
DÍA TERCERO
“A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos.” Estas palabras deben inspirarte una gran reverencia, deben infundirte una gran devoción y conferirte una gran confianza.
“A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos.” Estas palabras deben inspirarte una gran reverencia, deben infundirte una gran devoción y conferirte una gran confianza.
Reverencia
por la presencia de los ángeles, devoción por su benevolencia, confianza por su
custodia. Porque ellos están presentes
junto a tí, y lo están por tu bien.
Están
presentes para protegerte, lo están en beneficio tuyo. Y, aunque lo están
porque Dios les ha dado esta orden, no por ello debemos dejar de estarles
agradecidos, pues cumplen con tanto amor esta orden y nos ayudan en nuestras necesidades,
que son tan grandes.
San Bernardo, Sermón 12, sobre el Salmo “Qui hábitat”
San Bernardo, Sermón 12, sobre el Salmo “Qui hábitat”
AVEMARÍA
ORACIÓN FINAL
Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. No me dejes solo, que me perdería.
Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. No me dejes solo, que me perdería.