sábado, 6 de julio de 2019

Reír a carcajadas


Entonces se le acercaron los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos con frecuencia, y en cambio tus discípulos no ayunan? (Mt 9, 14).
Como los apóstoles están junto a Ti, Jesús, vivían con una gran alegría. Y la alegría se les notaba en la sonrisa, en la amabilidad, en el gozo de saber que estaban junto a Ti. Y esto lo entiendo bien, cuando estoy en gracia estoy contento. Cuando me hago el loco contigo o hago algo que sé que no te gusta me entra la tristeza y el andar de malas. Entonces ando peleando, buscando pleito, o molestando a los de­más, o hago las cosas buenas como una momia.
Sigue hablándole sobre los momentos en que estás de mal humor.
Jesús les respondió: ¿Acaso pueden estar de duelo los amigos del esposo mientras el esposo está con ellos? (Mt 9, 15).
Si estoy contigo, Jesús, debo estar contento. ¿Qué podría entristecer­me? A lo mejor, pensar en mis defectos y que no soy perfecto me puede llenar de tristeza; pero tu siempre estar al lado de los que ne­cesitan remedio. Quizá, entonces, lo que me podría entristecer es no tener algún bien material; pero tu nos enseñas que las cosas de este mundo tarde o temprano desaparecen. Entonces, ¿qué puede haber que me ponga triste? Si cuando algo sale mal o sucede una tragedia, también te pones a mi lado a consolarme y ahí se me va la tristesa.
Cuando te pongas triste, piensa que está Jesús a tu lado, y cuéntale lo que te quita la alegría.
Propósito: reírme un montón.