El Padre mismo os ama,
porque vosotros me habéis amado (Jn 16, 27).
Contaba el profesor en
clase de reli sobre la Primera Comunión de aquella niña, llena de ilusión —como
tantas otras que estos días, también hoy, por primera vez comulgarán—, que con
feliz equivocación rezaba la Comunión Espiritual así: Yo quisiera Señor,
recibiros, con aquella pureza, humildad y EMOCIÓN, con que… Y yo, ¿me
sigo emocionando cada vez que comulgo? No es tanto el sentimiento sino el Amor
que encuentro: el Amor del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
u Pide a la Virgen que te
ayude a comulgar con pureza, humildad y EMOCIÓN.
Salí del Padre y vine al
mundo (Jn 16, 28).
Gracias Señor por la
Aurora / Gracias por el nuevo día / Gracias por la Eucaristía / Gracias por
nuestra Señora, rezarán hoy tantos niños al comulgar por primera vez. Y yo
también te quiero dar gracias: gracias Jesús por quedarte, por poder recibirte,
por comerte, por aguantarme, por esperarme, por perdonarme, por crearme, por
redimirme, por consolarme, por mis papás, por mis abuelos, por mis hermanos,
por mis amigos, por mi colegio, por mis enfermedades, por mis…¿¡pecados!? Pues
también, porque son la ocasión de arrepentirme y alcanzar tu perdón. Gracias
Dios mío, gracias por tantas cosas, y por tu Madre.
u Jesús, gracias, gracias,
gracias, muchas gracias y gracias.
Que cada Comunión sea
como la primera y la última.
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