lunes, 22 de julio de 2013

Aprender de Jesús

Reunidos los apóstoles con Jesús, le contaron todo lo que habían hecho y enseñado (Mc 6, 30).
Los apóstoles querían hablar contigo. Tenían ganas de contarte las cosas que habían hecho. Los apóstoles te quieren y lo demuestran al buscar ese rato de conversación contigo. Jesús, yo también quiero demostrarte que te quiero, y te lo quiero demostrar haciendo mi oración, mi rato de 3+2, todos los días. Perdóname, Jesús, por dejarte tirado por la simple razón de que no tengo ganas o que estoy un poco atareado o distraído. Ayúdame a que no deje nunca mi rato de oración.
·         Sigue diciéndole a Jesús que nunca vas a dejar de hacer tu rato de oración.
Al desembarcar, vio Jesús una gran multitud, y se llenó de compasión, porque estaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas (Mc 6, 34).
Jesús, estás cansado pero al ver a esa multitud te lanzas a enseñar y a curar enfermos. Quiero aprender de Ti a amar a los demás y pasar por encima del cansancio, la pereza, y hacer mucho apostolado. No quiero vivir mi vida sólo pensando en mí, quiero entregarme. Quiero darte muchos frutos de apostolado.
·         Considera lo que escribió San Josemaría: “Que tu vida no sea una vida estéril. –Sé útil. –Deja poso. –Ilumina, con la luminaria de tu fe y de tu amor” (Camino, n. 1).

Propósito: Entregarme.