miércoles, 10 de julio de 2013

Ni chismógrafo ni bolígrafo

Llegado el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y mu­chos de los oyentes, admirados, decían: ¿De dónde sabe éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es la que se le ha dado y estos milagros que se hacen por sus manos? (Mc 6, 2).
Jesús, eres víctima de los prejuicios. Aquella gente como te vio crecer y trabajar junto a San José, no se puede creer que seas maestro que les vas a enseñar, o médico que les va a curar. Ellos ya habían hecho un juicio sin oírte ni verte, que tú, Jesús, eras simplemente el hijo del carpintero. Habían hecho su juicio sin querer oírte. A eso se le llama pre-juicio. Y vieran u oyeran lo que fuera ya te habían catalogado, ya te habían juzgado.
·         Y yo, ¿tengo pre-juicios contra alguien?
Y les decía Jesús: No hay profeta menospreciado sino en su propia patria, entre sus parientes y en su casa. Y no podía hacer allí ningún milagro; solamente sanó a unos pocos enfermos imponiéndoles las manos (Mc 6, 4-5).
Jesús, aquella gente si que eran unos brutos. Tantos prejuicios tenían contra Ti que no te dejaron hacer milagros. Yo te pido Jesús que me libres de juzgar a la gente y que no colabore contando chismes, ni bolas. Que tenga la valentía también de ni siquiera oir o dejar que me cuenten cosas malas de otros. Jesús, que no me preste a difundir los chismes.
·         ¿Ando contando chismes o cosas que se dicen de los demás?

Propósito: No chismear.