Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo: Ya ves que
nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido, ¿qué recompensa tendremos?
(Mt 19, 27).
Esta
frase de San Pedro me parece de demasiada confianza. Pero si lo pienso, Jesús,
es una frase que sólo la puede decir alguien que te tiene verdadero amor y por
tanto excesiva confianza. Una confianza que nace de haberse entregado por
completo a Tí. Yo soy bastante miedoso y cada vez que oigo la palabra entrega
“se me va el pájaro”. Jesús, hoy quiero decirte que te doy cualquier cosa que
me pidas. Pero eso sí, me tienes que ayudar a que luego no me eche para atrás.
Que aprenda a seguirte sin poner tanto obstáculo.
·
Del dicho al hecho hay mucho trecho, dice el refrán.
Concreta con Jesús lo que te pida. ¿Qué te está pidiendo?
Y todo el que haya dejado casa, hermanos o hermanas, padre
o madre, o hijos, o campos, por causa de mi nombre, recibirá el ciento por uno
y heredará la vida eterna (Mt 19, 29).
Por
un poquito que te doy, Tú ofreces mucho más. Eres un buen pagador, Jesús. No
sale nadie perdiendo contigo. Es más, se gana mucho más de lo que uno haya
podido imaginar. Dame Jesús la generosidad de entregarte lo que me pidas, que
no sea tacaño, ni bobo, ni chillón, de no hacer negocios contigo. Quiero
ofrecerte muchos frutos de santidad y apostolado en este Año de la Fe.
·
Una gran negociante es la Virgen Santísima. Pídele que
te sople al oído lo que le puedes entregar a Jesús.
Propósito:
Hacer negocios.