Jesús recorría todas las ciudades y aldeas enseñando en
sus sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y
toda dolencia (Mt 9, 35).
Así
resume tu vida S. Lucas en los “Hechos de los Apóstoles”: “pasó haciendo el
bien y curando a todos los oprimidos por el diablo” (Hch 10, 38). Jesús, me
imagino que los apóstoles te ayudarían a organizar un poquito las cosas.
Serían como tus secretarios personales que organizarían tu agenda y
actividades. Probablemente pondrían a los enfermos en algún sitio por dónde Tú
pasarías, apartarían a los endemoniados de los demás para que no los
asustaran, cuidarían de que tuvieras un rato para comer y descansar, etc.
Jesús, a mí también me gustaría ser tu secretario personal y ayudarte.
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Organízale a Jesús el que pase por la vida de tu familia
y amigos. ¿Estas animando a tu familia a rezar?
Entonces dijo a sus discípulos: La mies es mucha, pero
los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies
(Mt 9, 36-38).
Jesús,
mi ilusión es que puedas contar conmigo. Pero apenas te lo digo me entra miedo
que te lo tomes demasiado en serio, hasta se me ponen las manos sudorosas y me
entra una tembladera en las piernas cada vez que oigo eso que rezan a veces en
el Colegio después de Misa: “llama de entre nosotros a los que quieras”. Por
eso, te pido que me des un amor grande y generosidad. ¡Que sea como los
apóstoles y te ayude! Que te siga sin estar chillando o alegando.
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Ruega al Señor que envíe obreros a su mies.
Propósito:
Ser apóstol, aunque me tiemblen las rodillas.