“El Reino de los cielos es semejante a la
semilla de mostaza que uno siembra en un huerto. Ciertamente es la más pequeña
de todas las semillas, pero cuando crece, llega a ser más grande que las
hortalizas y se convierte en un arbusto, de manera que los pájaros vienen y
hacen su nido en las ramas” (Mt 13, 31-32).
Mi hermanito asegura que
de grande va a ser ingeniero. Lo suele decir después de que ha descuartizado
cuanto electrodoméstico se pone a su alcance. Hace poco, desarmó mi linterna de
excursiones. Casi lo mato, era LED y alumbra super fuerte. Me acordé de esto
leyendo lo de la semilla de mostaza. Las buenas obras son como un LED. Solito
alumbra poco, pero junto a otros, da un chorro de luz potente.
u Adelantarte a hacer algún favor. No
esperes a que te lo pidan.
“El Reino de los cielos se parece a un poco
de levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, y toda
la masa acabó por fermentar” (Mt 13, 33).
Ayer en la cena estábamos
todos muy callados. Alguien había contado una noticia horrible que salió en el
periódico que nos enmudeció. Mi papá contó un chiste. Era malísimo, tan malo
que daba risa de lo malo. Luego se animó mamá a contar algo similar, y
así terminamos con dolor de estómago de tanto reír. Jesús, un
comentario simpático en medio un ambiente espeso, lo puede cambiar todo.
Ilumíname, para ser alegría de la casa, a base de buscar que todos lo pasen
bien.
u Piensa en las cosas que divierten a tu
familia
Propósito:
Hacerse el chistoso, pero no por vanidad, sino para servir.