sábado, 28 de mayo de 2016

Sólo el Amor es digno de Fe

Mientras paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos y le preguntaron: —¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado seme­jante autoridad? » (Mc 11,27).
Aquella monjita había dedicado toda su larga vida a la docencia en distintos colegios, con fama de buenísima profesora. Llevaba ya unos años jubilada cuando inesperadamente sufrió un derrame cerebral. El sacerdote que le administró la Unción de Enfermos quiso saber el se­creto de su éxito: —¿Por qué siempre te han querido tanto tus alumnas? Respuesta —Porque yo las quiero mucho. —¿Y con las más rebeldes? (su especialidad eran las adolescentes rebeldes). Respuesta: —A esas las quiero mucho más.
Pide a Jesús un corazón tamaño BUS, donde quepa mucha gente
Todos se preguntaron estupefactos: ¿Qué es esto? Este ense­ñar con autoridad es nuevo (Mc 1, 27).
Jesús, Tú enseñabas con la autoridad del que sabe amar. Puede más el cariño que dos horas de pelea, porque —como decía San Juan de la Cruz— donde no hay amor, pon amor y sacarás amor.
Pregunta a Jesús: ¿Dónde tengo que poner más amor? y terminas

Propósito: usar la autoridad del amor.