Ningún siervo puede servir a dos amos,
porque o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero
y no hará caso del segundo” (Lc 16. 9-15).
Jesús, esto que cuentas se entiende muy bien. A veces, cuando jugamos
a “policía y ladrones” siempre hay alguno que hace trampa, hace
el “doble juego”, quiere llevarse bien con todos, y al final,
todo el mundo se enfada. Jesús, soy tu amigo y me quieres del todo, sin
compartir. Reconócelo: eres celoso de mi cariño -como le pasa a mi hermana
pequeña- y no quieres por nada del mundo que nadie me pueda hacer daño. Me
quieres con exclusividad...
Jesús:
nadie más que Tú se merece mi cariño. No te cambio por nadie.
El que es de fiar en lo menudo también en
lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo
importante es honrado (Lc 16. 9-15).
Jesús, ¡te quiero! Pero a veces, antes que a Ti, prefiero: ver un
programa de la tele, escuchar una conversación sucia, pasar un ratito más en la
cama, hacer rabiar a mis hermanos, olvidarme de la Visita, reírme de los más
débiles…. Jesús ¿Te quiero? El que es de fiar en lo menudo también en lo
importante es de fiar. Es en lo pequeño donde se demuestra el amor.
¿Soy
de fiar en lo pequeño? ¿En lo menudo? ¿En lo que solo Dios ve?
Propósito: ser confiable