miércoles, 26 de diciembre de 2018

San Esteban protomártir esto apenas empieza


Dijo Jesús a sus apóstoles: «…darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. (Mt 10, 18)
Jesús, todavía me duele la garganta de los cantos del 24 y de ayer. Este año si me desquité de cantar y celebrar como buen hijo de Dios tu nacimiento. A mis papás les tocó levantarse para ir a trabajar, y yo, en cambio, me quedé en la casa. Iba a decir que me quedaba descansando pero el evangelio de hoy y la historia de San Esteban me han devuelto a la realidad. No me quiero quedar atrás y también quiero ser un protomártir, de los primeritos que dan testimonio de ti con sufrimiento. Y lo tengo fácil, hay que barrer la basura de los cohe­tes, tirar los papeles, y los envoltorios de los regalos; hay que lavar los platos para que esté lista la casa para año nuevo,...
Ayuda, ese es el martirio que Dios te está pidiendo.
El que persevere hasta el final, se salvará (Mt 10, 22).
Ya se me estaba ocurriendo cómo zafarme de los encargos que me habían dado. Por abrir la bocota y llevármelas de protomártir me pu­sieron tanto oficio, me había dicho. Pero no, Jesús, te veo en el pese­bre y te digo que hoy no me voy a dejar vencer por la pereza. Voy a trabajar como un burro.
A los niños chiquitos, el 26 les gusta jugar con sus regalos. No te hagas, a ti también, pero antes, a ayudar, y después con la conciencia tranquila, ¡a jugar!
Propósito: ofrecerme a ayudar recogiendo el relajo que quedó después de las fiestas