sábado, 15 de diciembre de 2018

Viene a la tierra para padecer


Yo os digo que Elías ya ha venido y no lo han reconocido, sino que han hecho con él lo que han querido (Mt 17, 12).
Me encanta la historia de tu Pueblo, Jesús. Te tengo que confesar que a veces voy a leer las vidas de los Reyes, los Profetas, y tantos héroes en un libro de dibujos mi abuelita que se llama “Historia Sagrada para Niños”. Dame, Jesús, la fe de Moisés, el coraje de Jonás –aunque al principio fue un cobarde– y la fuerza de Sansón. Pero ahora te pido perdón por los que se iban a adorar a dioses falsos y por los que re­chazaron a los profetas hasta darles martirio como a Juan Bautista. Yo no te quiero traicionar nunca.
Piensa: ¿has traicionado alguna vez a Jesús?... Pídele perdón.
También el Hijo del Hombre ha de padecer de parte de ellos (Mt 17, 12).
Primero mataron a los profetas, y luego Jesús, te clavaron en una Cruz, después de flagelarte, coronarte de espinas, cargarte con la cruz… Físicamente lo hicieron ellos, unos cuantos romanos y judíos, pero en el fondo lo hicimos todos los hombres con nuestros pecados. Mi abuela, la del libro de dibujos, tenía una imagen del Niño-Dios acostado, no en una cunita sino en una Cruz, abrazándola. Y ahora me acuerdo del villancico que dice en una estrofa “mi Madre es del Cielo, mi Padre también,/ yo vine a la tierra para padecer”. Tú, Jesús, sabías a lo qué venías, y viniste. Ayúdame a sufrir cuando me toque, para unirme a tu Cruz.
Repite a Jesús que no quieres tener miedo a la Cruz.
Propósito: Hacer unos sacrificios diarios hasta el día 24.