jueves, 13 de junio de 2019

Hermanos amigos y adversario bien alejado


Si al llevar tu ofrenda al altar recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar, ve primero a reconciliarte con tu hermano (Mt 5, 23-24).
¡Tienes razón, Señor, como siempre! A veces voy a rezar y no puedo porque tengo un reflujo de bilis por culpa de mi hermano; bueno, mejor dicho, por culpa de mis peleas con mi hermano. Pero estar contigo, y saberte mi Padre me lleva a “reconciliarme” con mi hermano, y luego rezo ya de otra manera, porque te veo sonreír al ver a los hermanos que se llevan bien.
¿Con quién tengo que reconciliarme?
Ponte de acuerdo cuanto antes con tu adversario mientras vas de camino con él; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al alguacil y te metan en la cárcel (Mt 5, 25).
El demonio, mi adversario, intenta tentarme aprovechándose de mi soberbia, de mi sensualidad, de mi comodidad. Jesús, quiero mante­ner este “acuerdo” con mi adversario: no dialogar nunca con él, no dialogar con la tentación. Ayúdame a cortar, a reaccionar rápida­mente ante esas voces que llaman a la vida fácil y superficial pero que no llena. Jesús, quiero presentarme a Ti con una vida llena de frutos, de frutos de buenas obras, sobre todo para estar contigo y con la Virgen, pero también porque en la cárcel se está muy mal. Menos mal que además de Juez eres mi amigo...
Pídele al Señor que no te deje caer en las tentaciones y que te ayude a salir de ellas.
Propósito: Alejarme de la tentación-televisión, o de la que sea.