domingo, 16 de junio de 2019

Santísima Trinidad. Tanto amó Dios al mundo...


Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en Él no perezca sino que tenga vida eterna (Jn 3, 14).
Jesús, hoy celebramos el misterio central de nuestra Fe: la Santísima Trinidad. Si no lo dices, nunca hubiéramos imaginado que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Que en el cielo está una familia esperán­dome. Me espera la familia compuesta por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Felicita a Jesús por tener en el Cielo una Familia tan unida: La Trinidad.
Pues Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar el mundo, sino para que el mundo se salve por Él” (Jn 3,16).
En esta familia que es la Trinidad todo está empapado de amor. Los pensamientos de la Trinidad, sus obras y sus acciones son de amor. El Padre ama al Hijo, el Hijo ama al Padre y es tan fuerte el amor entre el Hijo y el Padre que de aquí proviene el Espíritu Santo.
Dile a Jesús que te quieres parecer a Él para recibir el Amor del Padre.
Propósito: Pedirle a la Trinidad que te enseñe a amar.