No ruego sólo por
éstos, sino por los que han de creer en mí por su palabra (Jn 17, 20).
Cuando me han explicado que Tú, Jesús, has rezado por todos los
que vendríamos después, me ha costado creerlo. Pero hoy lo dice el Evangelio
muy claro. Como eres Dios, tu inteligencia y memoria es infinita y por eso eres
capaz de pensar en todos los hombres de todos los tiempos. Y ahí estoy
incluido. Qué consuelo saber que no soy un desconocido para Ti, si no que me
conoces, me quieres y rezas por mí. Jesús, yo también quiero aprender de Ti a
rezar por los demás. A veces soy tan perezoso que prefiero seguir viendo TV o
dormirme sin haber rezado al menos por el Papa y mi familia.
Pregúntate:
¿tengo momentos concretos en el día para rezar por el Papa, mis papás, mis
hermanos y mis amigos?
(…) que todos sean
uno; como Tú, Padre, en mí y yo en Ti, que así ellos estén en nosotros, para
que el mundo crea que Tú me has enviado (Jn 17, 21).
Y ahora me enseñas cómo rezar. Jesús cuando rezas por los demás no
es solamente para que estén bien en esta tierra, si no para que todos y cada
uno de nosotros estemos unidos a Dios Padre. Jesús, quiero aprender a rezar por
los demás, especialmente por mis amigos y compañeros para que vivan en gracia y
si no están en gracia para que se decidan a confesarse lo más pronto posible.
¿Qué
cosa y cuándo voy a rezar por los demás?
Propósito: Rezar y
rezar bien.