Estaban junto a la
cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, María de Cleofás, y María
Magdalena (Jn 19, 25).
Todos somos hijos de Dios y pertenecemos a una gran familia, somos
también hijos de María. María estaba junto a la Cruz. Te acompañó porque,
aunque sufría profundamente, necesitaba estar a tu lado dando consuelo. Además,
no estaba sola, estaba también María de Cleofás y su amiga Magdalena. Y es que
la familia es lo más importante.
Cuéntale
a Jesús acerca de tu familia.
Jesús, viendo a su
madre y al discípulo a quien amaba, que estaba allí, dijo a su madre: Mujer, he
ahí a tu hijo. Después dice al discípulo: He ahí a tu madre (Jn 19, 26-27).
Jesús, en la Cruz nos has dado un regalo más: a la Virgen como
madre nuestra. Quieres que María nos ayude a ser buenos hijos de Dios y a
preocuparnos de la familia. Jesús, yo a veces soy desinteresado en mi familia,
rezo poquito por mi familia. Ayúdame a quererlos como los quieres Tú.
Sigue
hablando con la Virgen acerca de tu familia.
Propósito: Rezar por
mi familia.