sábado, 12 de abril de 2014

Jesús, eres la Verdad, de verdad

Muchos, al ver lo que había hecho Jesús (la resurrección de Lázaro), creyeron en Él. Pero algunos acudieron a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús (Jn 11, 46).
Jesús, qué curioso, ante un mismo hecho dos reacciones opuestas: unos creen y otros acusan, como sucede ahora. Es lo que dice un filósofo: Dios actúa en el claroscuro, de modo que hay bastante luz para quien quiere ver, y bastante oscuridad para quien no quiere ver. Es querer. Jesús, tengo amigos que me preguntan por qué ahora no hay milagros espectaculares como los de antes… Yo les digo que mi­lagros hay pero que ellos no los ven: el milagro de la vida, una nueva vida, la confesión, entregar la vida entera a Dios, la Eucaristía…
·        Cuenta a Jesús el último milagro que hayas visto. Agradéceselo
Este hombre hace muchos signos. Si le dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán (Jn 11, 47).
¡Qué brutos! En vez de buscar la verdad piensan solo en su como­didad, en lo que más les conviene. Se cumple lo de San Pablo a los Romanos: Hombres que tienen aprisionada la verdad en la injus­ticia. Cuando se violenta la verdad todo es lícito. Jesús, que siga el consejo del poeta: ¿Tu verdad? No, la Verdad, y ven conmigo a bus­carla. La tuya, guárdatela. Ayúdame a no mentir y ser como un foco encendido para mi familia, amigos y conocidos.
·        ¿Amo la verdad? ¿Lucho por no mentir nunca?

Propósito: NO a las mentiras.