martes, 8 de abril de 2014

Jesús, que cuando me vean, Te vean

¿Tú quién eres? (…) Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy (Jn 8, 25.28).
Jesús, levantado o colgado significa crucificado. Jesús, les estás di­ciendo que sólo en la Cruz pueden entender quién eres. Y es que tu vida no se entiende sin tu misión redentora que culmina en la Cruz. Por las mañanas, recién levantado, al mirarme al espejo me pregunto: —Y yo, ¿quién soy?... Y por dentro una vocecilla me responde: —Eres Cristo, y tu cruz, lo que te santifica, es el estudio, ayudar en casa, ser buen amigo… Jesús, ¡que cuando me vean, Te vean!
·        Espejito, espejito ¿Quién soy? ¿Soy Blancanieves? … Soy ¡Cristo!
El que me ha enviado está conmigo; no me ha dejado solo porque yo hago siempre lo que le agrada” (Jn 8, 29).
Jesús, esta es la razón profunda de mi alegría: ¡Siempre estás con­migo! ¡Nunca me dejarás! Has prometido quedarte con los hombres hasta el último día. ¡Qué bueno! No me dejas sólo porque busco ha­cer lo que te agrada: perdonar al burro de mi hermano pequeño, aguantar a la insoportable de mi hermana mayor, cambiar el rollo de papel del baño, ir a Misa y confesarme con frecuencia… ¿qué más te agrada?
·        Pregunta a Jesús que más cosas le “agradan” y terminas.

Propósito: preguntar el espejo quien soy.