miércoles, 3 de agosto de 2016

Últimas piedras

En esto una mujer cananea, … se puso a gritar: ¡Señor, Hijo de David, apiádate de mí! Mi hija es cruelmente atormentada por el demonio. Pero él no le respondió palabra. Entonces, acercándose sus discípulos, le rogaban diciendo: Atiéndela y que se vaya, pues viene gritando detrás de nosotros (Mt 15, 22-23).
Esta mujer consigue con su perseverancia que hasta los apóstoles inter­cedan por ella. Jesús, ayúdame a ser perseverante. Una vez escuche que San Josemaría le daba mucha importancia a las últimas piedras. Pues bien, Jesús, a mi me pasa que comienzo muchas cosas pero eso de poner la última piedra y acabar las cosas no se me da bien. Ayúdame a ser fuerte, ya que hasta en la oración me sucede que co­mienzo y al poco tiempo estoy distraído y se me va el tiempo.
¿En qué otras situaciones te falta ser perseverante?
El respondió: No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Ella, no obstante, se acercó y se postró ante él diciendo: ¡Señor, ayúdame! (Mt 15, 24-25).
Jesús, esta mujer persevera y consigue que la atiendas y le hagas el milagro. Puso la última piedra por medio de la perseverancia. Yo te sigo diciendo lo mismo: ¡ayúdame a ser fuerte para perseverar! Quiero aprender a poner las últimas piedras en el trabajo, en mi oración, en la familia y en el apostolado.
Intenta concretar que significa poner las últimas piedras.

Propósito: Perseverar.