Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os
expulsen, os injurien (…) por causa del Hijo del Hombre (Lc 6, 22).
Esto
lo entiendo muy bien, Jesús. Y lo entiendo porque si uno se porta bien
automáticamente le caes mal a otros. Jesús, dame la gracia para ser valiente y
no esconder que te quiero. Quiero seguir el consejo del Papa Francisco en
Cracovia: “Tener coraje. Ser valiente, ser valiente, no asustarse”. No me puede
pasar que por la pena del qué van a decir los demás, deje de vivir coherente
con el amor tan grande que te tengo y que quiero tenerte cada día más.
¿En qué tipo de situación te pones miedoso?
¡Ay de vosotros los que ahora estáis hartos, porque tendréis
hambre! ¡Ay de vosotros los que ahora reís, porque gemiréis y lloraréis! (Lc 6,
25).
Jesús,
hablas bien clarito. No sé que voy a hacer (ayúdame), para no reírme más de lo
que te ofende. Dame la valentía de cortar a los que dicen chistes en contra de
Dios, el Papa o la Iglesia. Dame la valentía de cortar a los que hacen
comentarios impuros. No dejes que me arrastre el ambiente, que sea capaz de
imponer yo el ambiente. Ayudame a descubrir que así los ayudo, los acerco a
ti. Les protejo de las consecuencias que tiene tomarse a juego las cosas
sagradas o serias.
Camarón que se duerme se lo lleva la corriente, que no sea tu
caso
Propósito: No ser camarón… de los que se duermen.