lunes, 24 de julio de 2017

“Maestro, queremos ver de Ti una señal”

Esta generación malvada y adúltera pretende una señal, pero no se le dará otra señal que la del profeta Jonás (Mt 12, 39).
Jesús, ¡cuánto me quieres! Has muerto por mí, te has quedado como alimento en la Eucaristía, me has entregado a tu Madre para que tam­bién me cuide como lo hizo contigo. Y a veces todavía dudo de Ti y exijo milagritos para creer en Ti y seguirte. Exijo milagros que más bien son ca­prichos de niño malcriado, cuando tengo el milagro de que resucitaste después de tres días muerto. Como muerto se cría ya Jonás, tres días en la panza de la ballena que lo arrojó surfeando sobre la playa y dando un susto de muerte a los bañistas.
Pide… pero no una señal, sino ver las señales que Dios te da.
La reina del Mediodía se levantará contra esta generación (…) porque vino de los confines de la tierra para oír la sabidu­ría de Salomón, y ved que aquí hay algo más que Salomón” (Mt 12, 42).
¿Cuánta gente hay que nunca ha oído hablar de Dios? ¿Cuánta gente que no tiene posibilidad de confesarse, de ir a Misa, de comulgar con la frecuencia con que yo lo puedo hacer? Señor, ¡tan fácil que resulta para mí acercarme a Ti! Y a pesar de eso, a veces, ¡cuánto me quejo! Y peor aún… , a veces no aprovecho lo suficiente esa oportunidad que Tú me das de estar, hasta físicamente, cerca de Ti. Pero es que los hom­bres somos así, no valoramos el aire, hasta que nos estamos ahogando como Jonás.
Dale gracias al Señor por conocerlo desde hace tanto y porque puedes buscarlo siempre en el Sagrario.

Propósito: buscar sagrarios camino del colegio.