martes, 11 de julio de 2017

Negocios

Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo: Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido, ¿qué recompensa tendremos? (Mt 19, 27).
Esta frase de San Pedro me parece un poco de caradura, de igualado. Pero si lo pienso, Jesús, es una frase que sólo la puede decir alguien que te tiene confianza. Una confianza que nace de haberse entregado por completo a Tí. Yo soy bastante miedoso y cada vez que oigo la pala­bra entrega se me va el pájaro”. Jesús, hoy quiero decirte que te doy cualquier cosa que me pidas. Pero eso sí, me tienes que ayudar a que luego no me eche para atrás. Que aprenda a seguirte sin poner tanto obstáculo.
Del dicho al hecho hay mucho trecho, dice el refrán. Concreta con Jesús lo que te pida. ¿Qué te está pidiendo?
Y todo el que haya dejado casa, hermanos o hermanas, pa­dre o madre, o hijos, o campos, por causa de mi nombre, recibirá el ciento por uno y heredará la vida eterna (Mt 19, 29).
Por un poquito que te doy, Tú ofreces mucho más. Eres un buen paga­dor, Jesús. No sale nadie perdiendo contigo. Es más, se gana mucho más de lo que uno haya podido imaginar. Dame Jesús la generosidad de entregarte lo que me pidas, que no sea tacaño, ni bobo, ni chillón, de no hacer negocios contigo. Quiero ofrecerte muchos frutos de santi­dad y apostolado.
Una gran negociante es la Virgen Santísima. Pídele que te sople al oído lo que le puedes entregar a Jesús.

Propósito: hacer negocios.