Mirad que yo os envío como ovejas en
medio de lobos. Sed, pues, cautos como las serpientes y sencillos como las
palomas (Mt 10, 16).
Hoy en día, Jesús, la gente se preocupa mucho de la seguridad, ni
contestan al teléfono si ven que es un número desconocido. Si normalmente uno
es cuidadoso con la seguridad, mucho más cuidadoso tengo que ser con la
seguridad de mi alma. Por eso me entero de cómo son las películas antes de
verlas, o me informo antes de leer un libro. Mi alma, Jesús, vale toda tu
Sangre y no puedo perderla porque en los cines, en Internet, hasta en los
celulares, hay cosas que pueden manchar mi alma y dejarla herida.
Habla
de las medidas de “seguridad” de tu alma con Jesús.
Pero cuando os entreguen, no os
preocupéis de cómo o qué habéis de hablar; porque en aquel momento os será dado
lo que habéis de decir. Pues no sois vosotros los que vais a hablar, sino el
Espíritu de vuestro Padre quien hablará en vosotros (Mt 10, 19-20).
Pero yo no voy por ahí con complejos y siendo un miedoso, tomo mis
precauciones y me sé siempre hijo de Dios –porque Tú, Jesús, me diste ese
título– y me comporto como tal, me mire y me oiga cualquier prójimo. Me formo,
rezo y con tu Espíritu Santo, el mejor Abogado, en mi alma en gracia sé que
venceré todos los problemas que me puedan surgir, a no ser que yo mismo sea el
que me enrede y los provoque.
Pregunta
al Espíritu Santo cómo defenderte.
Propósito: poner seguridad en la compu.