A todo hombre que oye la palabra del
Reino y no la entiende, le llega el diablo y le arrebata lo sembrado en su
corazón. Esto es lo que significan los granos que cayeron al borde del camino
(Mt 13, 19).
Muchos están en las clases de formación en colegios, clubs, grupos
juveniles, etc., pero no todos responden igual a la semilla que siembras,
Jesús. En mi caso, creo que la semilla a veces se queda en el camino porque
dejo cerrada la compuerta que da a mi corazón. Tiene password, y se me olvidó.
Jesús, pon junto a la puerta de mi corazón un letrerito que diga “si olvido su
contraseña, siega este enlace”. Y voy a intentar de nuevo abrir y dejar que la
semilla caiga donde debe caer.
Intenta
marcar la contraseña a base de buenas obras y otras acciones que muestren tu
amor a Dios.
Lo sembrado entre espinos representa a
aquél que oye la palabra, pero las preocupaciones de la vida y la seducción de
las riquezas la sofocan y queda sin fruto (Mt 13, 23).
Cuando veo a la gente mayor con sus preocupaciones, doy gracias
por todavía ser pequeño. Lo que no entiendo es porque, si no tengo grandes
cosas de que preocuparme, ando a veces agobiado. Creo que a mí también me
seducen y sofocan las riquezas. No las que tengo, sino las que quisiera tener.
Vive
tu realidad. Disfruta de tu familia, de tu estudio, de tus amigos, de tus
mascotas.
Propósito: poner nuevo password en mi
vida: “Servir” (con mayúscula)