Dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga el Defensor, que os enviaré
desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará
testimonio de mi» (Jn 15,26).
Jesús, ¡qué difícil es
entenderte! ¡Cuánto te echamos de menos! ¿Por qué no te quedaste? Como a tus
discípulos me gustaría tanto sentir tu mirada de cariño, oír mi nombre en tu
voz, reconocer tu risa y tus andares. ¿Por qué no te has quedado? Os conviene que me vaya,
pues si no me voy, el Paráclito no vendrá a vosotros (Jn 16,7). Jesús
mío, siempre haces lo que más nos conviene. Cada día seré más amigo del
Espíritu Santo que me hablará de Ti y del Padre.
¿Conozco al Espíritu Santo? Dile a Jesús
que “te lo presente”.
(…) enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad (Jn 15,26)
Con San Josemaría reza al
Espíritu Santo preparándote para Pentecostés: Ven, oh Espíritu Santo!
Ilumina mi entendimiento para conocer tus mandatos; fortalece mi corazón contra
las insidias del enemigo; inflama mi voluntad… He oído tu voz, y, no quiero
endurecerme y resistir diciendo: Después..., mañana. Nunc coepi! ¡Ahora!
No vaya a ser que el mañana me falte. ¡Oh,
Espíritu de verdad y de sabiduría. Espíritu de
entendimiento y de consejo. Espíritu de gozo y de paz! Quiero lo que quieras,
quiero porque quieres, quiero como quieras, quiero cuando quieras…
Repite despacito la Oración al Espíritu
Santo y luego terminas
Propósito: conocer
mejor al Espíritu Santo.