He aquí que salió el sembrador a sembrar. Y al echar la semilla, parte cayó junto al camino y vinieron los pájaros y se la comieron (Mt 13, 3-4).
Fíjate, Jesús, que mi abuela tiene una expresión que dice cuando nota que se distrajo. Su expresión es “se me fue el pájaro”. Ya sé que es distinto a lo que Tú quieres enseñar en esta parábola, pero quiero pedirte la gracia de que no me distraiga en la oración. Al no más ponerme hacer oración me distraigo con cualquier cosa y me pongo a recordar y a darle a la imaginación. Jesús, yo quiero que la semilla de la gracia que has plantado en mi corazón eche raíz y crezca, y dé buenos frutos.
u Sigue hablando con Jesús sobre los pájaros que tienes en la cabeza y pídele ayuda.
Por el contrario, lo sembrado en buena tierra es el que oye la palabra y la entiende, y fructifica y produce el ciento, o el sesenta, o el treinta (Mt 13, 23).
¡Yo quiero ser buena tierra! Y tierra que dé el 100% de rendimiento. Pero, Jesús, si buscas la definición en el diccionario sobre inconstancia, te apuesto que aparece mi foto en esa definición. Ayúdame a ser constante en la oración, en los buenos propósitos de hacer apostolado y de santificar el trabajar. ¡Ayúdame a que sea buena tierra!
u Un excelente espanta-pájaros es la Confesión. ¿Me estoy confesando con frecuencia?
Propósito: Cazar pájaros y poner un espanta-pájaros.