miércoles, 27 de julio de 2011

Venderlo todo

El que lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. (Mt 13, 44).

Jesús, hoy siento que el evangelio es para estudiantes de economía. Habla de compras, ventas e inversiones. Esta vez se trata de un tesoro muy valioso. Un tesoro por el que vale la pena venderlo todo y que luego su venta llena de alegría. Voy ser más feliz si tengo menos, y más todavía: habrá más felicidad si me desprendo hasta de lo poco que tengo. ¿Qué puedo hacer, Jesús, para creérmelo de a de veras? ¿Cómo aprenderlo? Quizá visitando a un pobre, o dando limosna en la iglesia en Misa, pero con dinero de mis ahorros, no pidiéndole a papá o mamá. ¿Y si ya me lo acabé? Está bien, Jesús, tienes razón. Siempre queda lo que nos da la abuelita.

u Dar, pero de lo mío, y no de lo que me sobra.

El Reino de los Cielos se parece también a un comerciante en perlas finas, que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra (Mt 13, 45-46).

Seguimos con lo de vender para tener dinero y poder comprar en el Reino de los cielos. Es curioso pero para tener monedas espirituales, se necesita vender cosas materiales. Será porque las cosas materiales también, sin darme cuenta, tienen un precio en moneda espiritual. ¿Existirán cursos sobre economía espiritual? Me encantaría sacar un doctorado en esa carrera.

u Hacerme experto en finanzas espirituales.

Propósito: Vender.

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