sábado, 16 de julio de 2011

Querer ir donde Jesús, el médico divino

Los fariseos se confabularon contra Jesús para acabar con él (Mt 12, 14).

Jesús, les caes mal porque les has mostrado que están en el error. Buscan la manera de callarte porque sus ojos no están preparados para recibir tu luz. Tu luz es limpia, suave, da gusto contemplarla. La infección de la mentira, y del rencor les lastima. La irritación que causa la suciedad de algunas imágenes cochinas, hace que tu luz lastime la vista.

u Aplícame unas gotitas de tu amor en los ojos para que pueda verte sin que se me lastimen los ojos. Pide la Pureza.

Muchos lo siguieron y él curó a todos los enfermos (Mt 12, 14).

Para que a uno lo cure el doctor hay que ir a visitarlo. Obvio. ¿Por qué entonces no voy más seguido a visitarte, Jesús? Tengo un amigo que no salía de su casa porque le habían salido unos granos re-feos. No quería ni que lo viera el doctor por la vergüenza de tener que andar con esa cara por la calle. Aceptó ir. Le dejaron unas pomadas y unas pastillas. Hizo caso: se echó la pomada y se tomó las pastillas. A los pocos días lo vio su mamá. Te dejaron más guapo que antes de los granos, le dijo. Será posible que por vergüenza a veces no quiera ir a confesarme o hablar con mi director espiritual.

u Voy a ir corriendo a la confesión aunque se me caiga la cara de fea por lo horrible de mis pecados.

Propósito: Usar la pomada de la Confesión.

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