jueves, 21 de julio de 2011

Es de bien nacidos ser agradecidos

Al que tiene se le dará más y nadará en la abundancia; pero al que tiene poco, aún eso poco se le quitará (Mt 13, 12).

Jesús, esta parte del evangelio siempre me había resultado un poco confusa. Se me hacía injusta. ¿Por qué quitarle al miserable lo poco que tiene? Así pensaba hasta que un profesor me explicó: es como con las “ganas”. Por ejemplo, en un partido: cuando no tienes ganas de jugar, si no pones de tu parte, hasta las pocas ganas que tenías se te van, porque te critican por jugar mal. Después de la explicación, me dijo ¿de dónde crees que viene la frase “¡échale ganas!”?, y yo asentí convencido. Creo que eso último, lo de la frase, se lo inventó, pero de todas formas tiene razón. Casi se podría decir con el evangelio “al que le echa ganas, se le darán más ganas y nadará en abundancia de ganas”.

u ¿Le echo ganas a las cosas de Dios?

Dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen (Mt 13, 16).

Nunca me había puesto a pensar que había que darte gracias, Jesús, por ver y oír. Sobre todo, por entender lo que oigo cuando voy a Misa o leo algo que ha dicho el Papa. Incluso lo que está escrito en este librito. Si alguien no me hubiera enseñado la fe, probablemente todo esto me sonaría a chino. Creo que agradecer es un buen comienzo para aprender a valorar lo que tengo.

u Sigue dándole gracias a Jesús…

Propósito: Decir muchas veces al día ¡gracias!

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