lunes, 14 de agosto de 2017

En la Cruz la alegría y la paz

“El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hom­bres; lo van a matar, pero al tercer día va a resucitar”. Al oír esto, los discípulos se llenaron de tristeza. (Mt 17, 22, 23).
Creo que los discípulos no pusieron atención a lo que oían. Jesús aca­baba de decir “resucitar”. Quizá su atención llegó hasta la parte de “lo van a matar”. A mí me pasa a veces igual, Jesús. Me quedo en el es­fuerzo a medias que conlleva ser puntual, constante, dedicado en los estudios, y se me olvida que después de la muerte sigue la vida. Tengo que morir en mis estudios, en mis encargos, en mi amistad.
Bueno, no seamos tan exagerados. Morir, morir… Jesús en la Cruz, de ahí para bajo ningún esfuerzo es para tanto.
“¿Acaso tu maestro no paga el impuesto?” Respondió Pedro: “Sí lo paga” (Mt 17, 24-25).
Zafarse. Eso es lo que hace uno para no asumir responsabilidades. A Pedro le preguntaron: ¿va a pagar Jesús el impuesto o se va a “zafar”? De ahí viene aquello otro del “zafe”, o cómo le digan en otros lugares. Jesús no se zafa. Asume sus responsabilidades, también en lo humano. En las noticias a veces sale alguno al que agarraron por no pagar impuestos. La gente no los paga para ganar más, y a la larga para llevar una vida más cómoda (pero una comodidad estresante). Igual pasa cuando uno se zafa de estudiar.
Paga tus impuestos: se responsable. Que tenga fondos tu Visa de oración, es decir reza y trabaja con responsabilidad.

Propósito: No zafarme.