martes, 4 de diciembre de 2012

Quinto día 9ª Inmaculada. Ahogar el MAL en…


Después que se marcharon, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: levántate, toma al Niño y a su Madre. Huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo (Mt 2, 13-15).
En medio de la noche José despierta a María. Le toma con afecto sus manos y le transmite el mensaje del ángel. Ella le mira y comprende. En Belén hay un silencio de muerte. María, envuelta en sus blancos vestidos, sentada sobre el borrico lleva al Niño que duerme tranquilamente en su regazo. José busca las sombras de la noche, los caminos solitarios. María no puede contener sus lágrimas; la muerte de tantos niños le atormenta el corazón.
·         Consuela a Jesús y a su Madre por los niños que hoy serán abortados.
Una voz se oyó en Ramá, llanto y lamento grande: es Raquel que llora por sus hijos y no admite consuelo, porque ya no existen (Mt 2, 18).
Herodes, por desgracia, no agotó su especie. Todavía hoy son muchos los niños inocentes que, mueren cada día, antes de nacer, víctimas de los modernos Herodes de bata blanca. No conocerán los chupetes, ni los abrazos ni las canciones de cuna… Me consuela pensar que para ellos, mi Madre del Cielo —también es su Madre, les tendrá preparado un recibimiento muy especial, lleno de besos y caricias… O ¿no fue por ellos, también, por los que murió en la Cruz su otro Hijo, Jesús?
·         Jesús, quiero ahogar el Mal, inundarlo en abundancia de Bien.
Propósito: rezar por esos niños y sus pobres papás…