No temas María, porque has hallado gracias delante de
Dios (Lc 1,30)
Cuenta San Josemaría: Me abordó aquel amigo: “me han dicho
que estás enamorado”. —Me quedé muy sorprendido, y sólo se me ocurrió
preguntarle el origen de la noticia. Me confesó que lo leía en mis ojos, que
brillaban de alegría (Surco 94). Jesús, a mi me gustaría ver los ojos de
José cuando miraba a María. Y también los ojos de la Virgen cuando lo veía a
José y especialmente a Ti.
· Dile
a Jesús que quieres estar tan enamorado como María.
Dijo María: He aquí la esclava del Señor (Lc 1, 38).
Para ver a la muchacha que tanto le gustaba, un amigo salía todos
los días a correr, hasta 3 veces en un circuito de al menos 10 Km, con la
esperanza de encontrarla. Ella tenía horarios erráticos. Cuando por fin
coincidían entonces aceleraba el ritmo, y la saludaba mientras la sobrepasaba.
Entonces de nuevo aceleraba para poder verla más veces. Cada día corría una
media maratón a buen ritmo.
Ahora esta chica es su novia, a costa de sus rodillas y de su perseverancia.
Jesús, yo también estoy enamorado. ¿Se me nota? La oración es perseverar en el
amor a Dios, como un enamorado. No solo una vez sino muchas aunque me cueste
las rodillas. Como decía un torero que esperaba al toro rodilla en tierra: Mis
mejores faenas las he hecho de rodillas.
·
Jesús, que no me canse de decir: “te quiero” y de ponerme de rodillas.
Propósito:
pedirle a la Virgen el saber perseverar.