Discutían, pues, los judíos entre ellos
diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Jesús les dijo: En verdad,
en verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su
sangre, no tendréis Vida en vosotros (Jn 6, 52-53).
Madre mía, hoy en mi oración
acudo a ti. ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Tú nos das
la respuesta: Cuántas veces, como todas las madres del mundo, habrás dicho a
Jesús Niño en tus brazos: Te comería a besos. Pero quizá nunca imaginaste que
sería una realidad. Lo que no puede hacer el amor humano lo consigue el Amor
divino. Es la locura de la Eucaristía: Comunión, unión, comunicación,
confidencia: Palabra, Pan, Amor (Camino, 535).
Sigue tú unos
minutos preparándote para la próxima Comunión.
El que come mi carne y bebe mi sangre
permanece en mí y yo en él (Jn 6, 56).
María, tuviste durante nueve
meses a Jesús dentro de ti. Cada vez que comulgo, durante diez minutos, tengo a
Jesús dentro de mí. ¿Cómo le trato? Madre mía, seguro que le cantabas, le
hablabas y le rezabas. ¿Cómo son mis comuniones? Yo quisiera Señor
recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra
Santísima Madre…y de paso, daros un abrazo en el corazón.
Ahora que
estoy de vacaciones, ¿no puedo ir algún día más a Misa?
Propósito: Ir más a
Misa