Aprended de la higuera de esta
parábola: cuando sus ramas están ya tiernas y brotan las hojas, sabéis que está
cerca el verano (Mt 24, 32).
Jesús,
¡por fin llegó el verano! ¡Qué ganas tenía! Este año he llegado de milagro.
Estoy al límite de mis fuerzas... Y como otros años, al comienzo del verano, me
encuentro con los brotes de la higuera, pero también con carteles en las
farmacias y anuncios en los periódicos donde aparece un perro o un gato con
mirada triste: Él nunca te abandonaría. ¡Son tantos los que en verano
abandonan a sus mascotas!
Da
gracias a Jesús por las buenas notas, por el verano, por el sol, por…
Estoy con vosotros todos los días,
hasta el fin del mundo (Mt 28, 20).
Perdóname
Jesús por la comparación, pero pensaba en ti y en mí: Él nunca te
abandonaría. Jesús, en verano muchos se olvidarán de ti, te abandonarán...
¡¡Yo, nunca!! Te voy a llevar conmigo de vacaciones al mar y a la montaña y al
campamento. Estaremos juntos todos los días del verano, a sol y a sombra, y nos
lo pasaremos fenomenal, porque Tú, no eres como yo, Tú sí que cumples tus
promesas: Estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo (Mt 28,
20).
Hazte
un plan, un horario para los días de verano.
Propósito: Hacerme el
plan y no dejar solo a Jesús